En Holanda, la venta y consumo de marihuana y hachís es legal dentro de los llamados “coffee shops”, por lo que muchos turistas se dirigen hacia Ámsterdam para dar rienda suelta a su adicción. Sin embargo, ese marco de legalidad para los “drogas blandas” genera un ámbito propicio para la comercialización de “drogas duras”, como la cocaína y la heroína, que son ilegales.
En el último mes, tres hombres británicos murieron después de aspirar heroína y las autoridades creen que pudo haber sido vendida como si fuera cocaína. Por ese motivo, ubicaron carteles electrónicos en la cercanía de los coffee shops y en las principales estaciones de tren y subterráneos de la ciudad, advirtiendo a los turistas sobre el riesgo que corren al comprar esas drogas. “Cocaína extremadamente peligrosa es vendida a turistas”, dicen los letreros.
Las autoridades creen que lo que los turistas confundieron con cocaína era en realidad “heroína blanca”, una lujosa droga que puede causar fallos respiratorios si es inhalada. La heroína blanca es mucho más cara que la cocaína, por lo que la Policía sospecha que el vendedor no tenía idea de lo que estaba comercializando.
De acuerdo con los dueños de los coffee shops, el 90 por ciento de los ingresos de sus locales se debe a las compras realizadas por turistas o extranjeros.
“Luché por mi hijo hasta que dejó definitivamente las drogas”
Roxana Andrea Donnet llegó a la Universal con un estado depresivo profundo, había intentado suicidarse desde los 8 años de edad. Su matrimonio estaba en crisis y su economía era un desastre, pero cuando comenzó a participar de las reuniones se fueron solucionando sus problemas. Venció la depresión, el matrimonio fue restaurado y dejaron de pasar necesidades.
Toda la familia estaba en la presencia de Dios hasta que después de diez años su hijo mayor comenzó a relacionarse con amistades nada buenas. De esta manera comenzó a sumergirse en el mundo de las drogas. Roxana no aceptaba ver a su hijo así, entonces usaba su fe para pedir por él.
“Recuerdo que el más grande se desvió y comenzó con las malas compañías y las drogas. Se peleaba conmigo, se iba de casa, pero volvía. Era muy triste la situación porque se peleaba en la calle. Yo luché por él durante tres años hasta que una semana antes de la Hoguera Santa volvió a casa. A partir de ese momento todo fue cambiando, salió de las drogas, se casó y tiene una hermosa nena. También viene con su familia a la iglesia. Valió la pena perseverar para ver a mi hijo libre y con una vida diferente”, cuenta sonriendo.
Esta madre usó la fe con determinación y vio el poder de Dios librando a su hijo de las adicciones. Las claves fueron la oración y el sacrificio, porque la oración de una madre tiene un poder infalible y el sacrificio trae respuesta.
Sea libre de los vicios, domingos a las 15, en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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