Sí, a pesar de todo, Lot fue una persona justa (2 Pedro 2:7-8). Para quien comienza a leer su historia, puede pensar que era un hombre muy carnal y cruel. Pero la verdad es que él vivió la consecuencia de su elección.
Mientras él estuvo con su tío, llegó a ir hasta la Tierra Prometida y prosperar (Génesis 12:4). Después, comenzaron a pelearse porque el rebaño de ambos creció y empezaron los conflictos sobre quién tendría más derecho al agua (Génesis 13:5). Ese fue el momento que decidieron separarse y Abraham dejó que Lot eligiera la tierra que quería, a fin de irse en la dirección contraria. Este fue el principio del error de Lot: la mala elección. Él fue hacia Sodoma y Gomorra (Génesis 13:10,11).
¿Cuántas veces usted piensa que tiene una mala vida? ¿Cuántos caminos recorrió ya porque quiso encontrar las respuestas para sus problemas, por usted mismo? ¿Cuántas veces dijo: “Querría desaparecer y que nadie sepa donde estoy”? Dios nos dio libre albedrío, pero debemos tener cuidado para usarlo de la forma correcta, para que su elección no repercuta negativamente en la historia de su vida.
Eso fue lo que sucedió con Lot. Después de elegir aquellas tierras, vivió y vio distintas desgracias. La primera fue que él, toda su familia y sus bienes fueron secuestrados por tribus invasoras (Génesis 14:12) y, ¿quién fue el que lo rescató? Abraham. ¡Exacto! sabiendo lo sucedido con su sobrino, se preocupó y fue tras él, con sus 318 guerreros.
Eso muestra que la ayuda siempre viene de donde menos se espera. ¿Tendría Lot la esperanza que su tío fuera a salvarlo? La familia siempre debe ser valorada, independientemente de lo que haya sucedido, de las discusiones y de la distancia.
Después del regreso a sus tierras Lot comenzó a vivir en Sodoma. Dios envió ángeles para sacarlo de aquella ciudad. Eso sucedió cuando un grupo de hombres persiguieron a los visitantes. Atemorizado, Lot llegó a imaginar la entrega de sus hijas vírgenes para salvarlos (Génesis 19:6-8), pero no lo hizo. Los visitantes agarraron a Lot, lo empujaron dentro de su casa e hirieron a los hombres (Génesis 19:11) para salvar a Lot y a su familia. Entonces Dios destruyó Sodoma y Gomorra (Génesis 19:24).
Pero ese no fue el fin. Lot solo logró sobrevivir porque aquellos hombres lo sacaron a la fuerza. Después que él empezó a vivir en las montañas, sus hijas lo embriagaron y se acostaron con él (Génesis 19: 33-35). Este incesto dio origen a dos pueblos: los moabitas y los amonitas, que futuramente provocarían conflictos a los israelitas.
Todos nosotros pasamos por momentos de decisión en la vida. Y tener la dirección de Dios es fundamental. Lot se dejó llevar por la belleza de las tierras y no sabía lo que había en éstas. Él tampoco quería volver tras en su decisión, y tuvo que ser sacado a la fuerza para no morir. ¿Es necesario pasar por todos esos sufrimientos para que entendamos lo que Dios tiene para nosotros? El separarse de Abraham le acarreó libertinajes e inmoralidad.
Aun en medio a todo eso, la Palabra cuenta que Lot se afligía en su alma por ver y oír tanta maldad (2 Pedro 2:8). Pero por conocer su corazón, Dios lo salvó. Fue diferente lo que sucedió con su esposa que miró para atrás y se transformó en una estatua de sal (Génesis 19:26).
Cuando Dios nos libra de algún sufrimiento, no podemos lamentarnos, mirar hacia atrás, y extrañar una tierra que sólo nos trajo tristeza. Si Lot hubiera elegido correctamente, no habría vivido con tantos miedos.
¿Cuál fue la decisión que tomó en su vida? ¿Estará usted en el camino correcto? ¿Es eso lo que Dios tiene para usted? Preste atención a las señales que Él le muestra, tal vez esté buscando salvarlo de algún sufrimiento y usted está insistiendo en vivir en “Sodoma y Gomorra”. Libérese. Dese cuenta que, Dios quiere librarlo; no sea orgulloso y reciba la ayuda de quienes le extienden las manos.