Aquí Jesús ya comienza a crear dificultades con los líderes religiosos por haber curado a un hombre el sábado. No porque Él estaba haciendo algo malo, sino porque los religiosos vivían totalmente fuera del entendimiento de Dios. Y por eso, no entendían a Jesús ni lo que Él hacía.
En este capítulo, Jesús intenta explicar Su relación con el Padre:
“… Él afirmaba que Dios era Su propio Padre, haciéndose igual a Dios. Juan 5:18
Este era un concepto extraño para los religiosos judíos. Hasta entonces, el único que se había igualado a Dios era el propio Lucifer. “Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.” (Isaías 14:14) Lucifer, sin embargo, lo hizo por orgullo, sin ningún derecho para eso. Por su parte, el Señor Jesús hablaba la pura verdad – Él realmente era igual al Padre, al punto de representarlo fielmente.
Hay quien dice ser hijo de Dios pero lo hace por orgullo, tradición o ignorancia. Y están los que verdaderamente lo son porque, como Jesús, actúan como el Padre. “Todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” (Juan 5:19)
Lo que los judíos tampoco sabían es que además de que Jesús es el Hijo de Dios, Él vino a darles ese mismo derecho y poder a los que creen en Él – de convertirse en hijos de Dios también. (Juan 1:12)
Deténgase a pensar en esto un momento. Tener al propio Dios como su Padre. ¿Qué implicaciones tendría eso para…
– su vida?
– su sentido de valor propio?
– sus necesidades económicas?
– su salud? (vea lo que Él hizo por aquel hombre paralítico desde hacía 38 años, que ni siquiera era hijo)
– su conducta? (Todo lo que el Padre hace, el Hijo lo hace también.)
– su carácter?
– sus derechos?
– su autoridad?
Solamente un animal irracional, una bestia, no apreciaría el derecho de convertirse en hijo de Dios. Y es exactamente así como muchas personas son, imbéciles por la religión, embrutecidas por sus propios argumentos frustrados.
Por su parte, los humildes de corazón, los sinceros, logran apreciar eso y creer. Y por eso reciben este poder.
Si usted cree, puede convertirse en hijo de Dios ahora, ahí donde está.
Y si usted es Su hijo, actuará como Él. Y tendrá todo de Él.
Oh Padre, mi Padre, yo Te amo por el privilegio de ser Tu hijo, igual a Ti, ¡un rayito de Tu luz aquí en esta Tierra! ¡Gracias, Padre! ¡Mi Padre! Jajajajaja…
[related_posts limit=”21″]