Imagínese lo siguiente: Usted es una persona verdadera y en una determinada situación no creen en lo que usted está diciendo. ¿Cómo se sentiría? Como minino ofendido. Lo mismo sucede con Dios cuando no creen en Él.
“El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, Le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de Su Hijo.” 1 Juan 5:10
Si usted no Le cree a Dios es como si Lo considerase mentiroso.
Ahora imagínese la misma situación de arriba, solo que con alguien que confió en usted, en su palabra. ¿Cómo trataría a esa persona? Entendió ahora porqué Dios da todo a los que creen. Si hay una persona que puede todo, es el que cree, porque muestra que confía en Dios.
Cuando un hombre trajo un hijo lunático delante del Señor Jesús, después de intentar diversas alternativas de cura sin éxito, él, aunque pidió ayuda, no creía que podía haber solución para aquel problema. El hombre le dijo al Señor Jesús que si Él podía hacer algo que tuviera compasión y los ayudara. Delante de tan incredulidad, Jesús le respondió: ¿Cómo si tú puedes?” Todo es posible al que cree.” (Marcos 9:23) Y delante de la condición solo restó al padre del muchacho lunático, en medio de lágrimas decir: Creo; ayúdame en mi incredulidad.
¿Dios lo está buscando?
Analice a los hombres y mujeres descriptos en la Biblia y que, por medio de Dios, hicieron prodigios y maravillas. El requisito previo que Dios usó para elegirlos no fueron sus habilidades manuales, su formación intelectual o su fuerza física. Dios eligió a aquellos que crean en Él.
Dios está buscando a aquellos que creen en Su Palabra, que confían que Él es fiel para cumplir todo lo que prometió. Sin dudas ni miedos.
Comparta con sus amigos ese mensaje. ¿Quizás esto sea lo que están necesitando saber para tener también esa moral con Dios?
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