Ciertas actitudes nuestras nos dejan ciegos con respecto a la realidad espiritual. Las mismas crean “puntos ciegos” exactamente donde puede estar la voluntad de Dios para que la cumplamos.
¿Qué actitudes tomamos que puedan impedirnos ver – y hacer que funcione – la Gracia Divina en nuestras vidas?
Vea algunos ejemplos:
La terquedad – ¿Recuerda en la Biblia, cuando el faraón se resistió a obedecer a Dios en liberar al pueblo de Moisés? Aún con las plagas sobre Egipto, la terquedad hablaba más alto. E incluso cuando él permitió que los hebreos salieran, los persiguió, no dando el brazo a torcer. Su ejército fue tragado por las aguas del Mar Rojo. Si hubiera obedecido la primera vez, su reino no hubiera sufrido, y ambos pueblos hubieran ganado. El gobernante egipcio tenía un problema, pero lo negaba todo el tiempo, hasta que fue vencido.
Los adictos, por ejemplo, se mienten a sí mismos pensando en el placer y fingiendo que no ven los daños de las drogas, o caen en la mentira de que no pueden salir de la adicción. Y Usted, ¿no estará también ciego por la negación de alguna actitud equivocada suya, en la que dice “no, eso no me hace ningún mal”?
Egoísmo – Un egoísta se mira tanto a sí mismo que deja de ver a los demás a su alrededor, sus necesidades y cualidades. Esto le ciega por la arrogancia. El egoísmo hace que usted quiera hacer todo solo a su manera, o dejar de hacer lo necesario porque otras personas deben hacerlo por usted, como si fueran sus siervos. Si usted tiene una posición destacada en su familia, en su empresa o en otro grupo social, trate de utilizarla para beneficiar a todos, y no solo a usted mismo, y vea la diferencia. Recuerde que, por más alta que sea su posición, existe Alguien a quien usted sirve.
Resentimiento – Con él usted queda ciego por la amargura. Puede ser por alguien que le hizo algo malo, por algún acontecimiento de la vida que no le pareció justo, o incluso, algo que usted hizo mal y que no logra perdonarse. El resentimiento es como un veneno radioactivo: puede hacerle mal profundamente sin que lo note, hasta que es demasiado tarde. Perdonar puede parecer difícil, pero funciona. Por supuesto que el perdón tiene que ser verdadero, y no solamente algo que usted le dice a otra persona o a usted mismo solo para sentirse bien. Aunque le lleve un tiempito, debe ser real, de lo contrario, es solo una mentira que encubre todavía algo peor. Vea un camino eficiente para salir de esta situación en Mateo 11: 28-30.
Aislamiento – Mantenerse alejado de los demás puede dar la impresión de que todo queda más fácil, solo que también queda más vacío. Sí, el mundo y las personas siempre parecen empeorar, haciendo la existencia más peligrosa. Pero hubo Alguien que dio Su propio Cuerpo y Su Espíritu para que tuviéramos refugio y pudiéramos encontrar un lugar para que oráramos en conjunto por nosotros y por todos, llamado iglesia.
Desobediencia – Ella le mantiene lejos de lo que usted debe ser y aprender, cegándole con la ignorancia. Muchos ocupan el tiempo con cosas sin importancia para evitar pensar si su vida espiritual está siguiendo el rumbo correcto. Existe otro caso igual de malo: esa persona que incluso frecuenta las reuniones o lee la Biblia, pero no actúa de acuerdo a lo que escuchó o leyó. ¿Conoce eso de “solo fue para calentar el asiento”?, es lo mismo. Solo una entrega verdadera a Dios, con plena obediencia a Él, produce buenos resultados (Juan 8:31-32).
Y usted, ¿qué actitud ha tomado que le ha estado alejando de Dios? ¿O ha actuado de alguna de esas maneras citadas en el texto y decidió cambiar? Si es así, deje un comentario contando cómo fue ese cambio y qué resultados le trajo.
Aproveche para compartir este texto con sus amigos y familiares. Tal vez ellos estén necesitando acercarse nuevamente a Dios.
Si tiene dudas puede acercarse a una Universal y hablar con un pastor. Encuentre la iglesia más cercana a su domicilio ingresando a www.universal.org.ar/direcciones
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