¿Qué le ha impedido de proseguir en la fe? ¿Cuáles son las cosas que lo han vencido? ¿Qué lo hizo apartarse de sus sueños? ¿Realmente odia esas cosas? ¿O aún siente placer en ellas?
Hacer la cadena de oración en la iglesia es muy importante, sin embargo, mucho más importante que las cadenas es su determinación.
Usted puede incluso no creer, pero nosotros tenemos el poder de decidir qué hacer en nuestra vida, pues Nuestro Señor nos concedió ese poder cuando nos dio el libre albedrío.
Ni el mundo, ni el pecado y ni el diablo es capaz de obligarnos a hacer algo que nosotros no queremos hacer. Ahora, como dije anteriormente, es necesario que haya una indignación.
Usted necesita comenzar a odiar, con todas sus fuerzas, todo aquello que le ha debilitado y lo ha hecho apartarse de sus objetivos.
Si lo que lo apartó de sus sueños es la amistad con el mundo, entonces, apártese de él. Si es la pereza, entonces, dele un puntapié. Si es el pecado, entonces tome la decisión de no entregarse ni postrarse más delante de él.
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