Usted comete un error, llora por eso, pide disculpas, piensa en los cambios que deben insertarse en su vida y entonces sigue adelante. Esa es la actitud natural para alguien que vive por la fe. Pero hay algo entre líneas que a veces dejamos pasar desapercibido.
El problema que lo llevó a cometer ese error aún existe. El error por sí solo fue solo una consecuencia de ese gran problema, el cual frecuentemente es ignorado por completo debido a su invisibilidad para el ojo humano. Solo Dios puede verlo.
Las personas lidian con ese problema llenando sus mentes con distracciones para no enfrentarlo. Pero él no se va, de hecho, cuanto más tiempo él se asiente, se vuelve más grande.
Mirar hacia nuestro interior y meditar sobre porqué actuamos de la manera que actuamos puede ser la cosa más espantosa a ser hecha. Esta es la razón por la cual muchos prefieren evitar todo eso y solo lidiar con las consecuencias exteriores.
Pienso que si yo pudiera ilustrar ese lugar dentro de nosotros, él podría compararse fácilmente a una caverna oscura, cuanto más profundo ingrese, más oscuro se vuelve. Y, ¿por qué? Porque existen cosas sobre nosotras que son vergonzosas, humillantes, y a veces hasta asquerosas. Este tipo de cosas están en nuestra naturaleza humana, ellas se van acumulando con aquello que atravesamos al crecer, cosas que presenciamos que nos conmocionaron y otras que nos traumaron de alguna manera. Llevamos con nosotras todas esas cosas día a día, a cada minuto y a cada segundo.
Así que es inútil lidiar con lo que ha hecho. Es inútil olvidar eso y seguir adelante pensando que usted cambiará por haber aprendido la lección. La única manera de que realmente cambie es ingresando a esa caverna y lidiar con la raíz de su problema. La fe no puede ayudarle aquí – esto es algo que usted tiene que hacer, de lo contrario permanecerá en el mismo ciclo. A veces para arriba, otras para abajo, días buenos, días malos, todo yéndole bien, todo yéndole mal.
Deténgase y reflexione en el porqué, así podrá lidiar con eso. No siga adelante hasta estar segura de haber resuelto esos problemas interiores escondidos. Dios puede ayudarle, pero Él no hará eso por usted. No hay lugar para amigos en este proceso. Usted estará sola en esto y esta es la única manera de resolver el problema de una vez.
Dios nos enseñó a convertirnos de nuestros malos caminos. Convertirse significa cambiar por completo, no solo cambiar para hacer eso o aquello. Conviértase cambiando lo que es usted por dentro.
(*) Fragmento extraído del libro “Mejor que Comprar Zapatos”
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