Cintya Villena era una joven muy triste que se encontraba depresiva. Se sentía menos que todos y no podía ser feliz. En su casa las peleas empeoraban con el tiempo llevándola a intentar suicidarse en tres oportunidades. “Siempre estaba con el autoestima baja, me sentía sola y tenía odio y bronca hacia mi padre. Comencé a buscar el amor que no tuve en mi infancia en salidas, boliches, chicos, alcohol y amistades que no me trajeron nada bueno. Después empecé a tener problemas espirituales, ya no dormía, sentía presencias extrañas y tenía insomnio. Sumado a los problemas familiares comenzé a tener ganas de suicidarme. Cuando me invitaron a la Universal fue empezar la escuela de la fe, a través de ella logré ser feliz”, cuenta.
En la iglesia buscó la ayuda de Dios para solucionar sus problemas, participó de las reuniones y de los propósitos con fe. Perseveró en las cadenas de liberación hasta encontrar la solución ante todo lo que la afectaba. Su interior fue lleno de paz y seguridad, entonces, dejó de llorar y tanto la tristeza como la depresión desaparecieron de su vida. “Me entregué al Señor Jesús y fui libre de todo. Hoy puedo decir que soy feliz”, finaliza sonriendo.
Ella concurre a la IURD de Del Viso ubicada en Juan Ramón Giménez 1111.
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