Fuera de Ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como Tú, actúe en favor de quienes en Él confían. Isaías 64:4
Dios actúa a favor de quien en Él espera. Quien espera no es el que se queda sentado, sin mover un dedo, conforme con su situación. Mucho menos el que está ansioso, angustiado sin saber si Dios va a hacer algo o no. El que espera es el que confía en Dios, el que depende 100% de Él, el que pone solo en Él su confianza.
Ahora, mire solamente qué maravillosa es esta característica exclusiva de nuestro Dios: Él actúa a favor de quien coloca en Él su esperanza. Actúa a favor de quien cree. ¡Esto es extraordinario! El Dios Creador del cielo y de la tierra, el Creador de todo y de todos, eligió actuar a favor de la criatura que manifieste su fe en Él. Es una de las cláusulas del contrato que firmamos con Él por la fe cuando Le entregamos nuestra vida.
Muchos religiosos pueden escandalizarse con esta afirmación, pero que Le reclamen a Quien escribió la Biblia. Está escrito y registrado que Él es así. Forma parte de Su carácter corresponder a la actitud de fe del ser humano con una actitud que solo Él puede tomar. Esto no disminuye a Dios, al contrario, solo Lo exalta.
¿Quién más, teniendo tanto poder y autoridad sobre todo el Universo, se sujetaría a hacer un acuerdo de estos con el ser humano? Por eso, no hay otro igual a Él. Nunca hubo y nunca habrá. Y, porque Él tiene este carácter, podemos mantener aún más firme nuestra certeza de que, suceda lo que suceda, nada nos detendrá.
Aunque no tengamos las condiciones humanas necesarias, aunque las probabilidades estén todas contra nosotros y el mundo nos odie, aunque nadie más nos quiera ayudar, tenemos al Todopoderoso actuando a nuestro favor. Si – y solamente SI – manifestamos esa fe por medio de actitudes que muestren nuestra confianza. Si no hay duda. Si no nos desanimamos. Entonces, sí, lo lograremos. Él no actúa a favor de cualquiera. Él solo actúa a favor de quienes se entregan 100%.
A estos, Él también les dice:
Porque Yo, el SEÑOR, soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, Yo te ayudo. Isaías 41:13
Esta Palabra es más que suficiente para mantenernos en plena confianza. Disuelve toda ansiedad. ¿Para qué estar ansioso? Si Dios está con nosotros, ayudándonos y actuando a nuestro favor, nada nos impide continuar avanzando y haciendo nuestra parte, independientemente de lo que venga por el camino.
Colaboró: Vanessa Lampert