Se ha hablado mucho sobre el Reino de Dios y el Reino de los Cielos, generando incluso la idea de que ambos son lo mismo. Pero existe una diferencia entre ellos.
El Reino de los Cielos es la vida en la Eternidad con Dios, y el Reino de Dios viene antes, es la vida con Dios, pero aquí en la Tierra, con todas las luchas que enfrentamos a partir del momento en que asumimos nuestra fe. Para poder ingresar al Reino de los Cielos, primero es necesario formar parte del Reino de Dios.
El Reino de Dios
Los fariseos preguntaron dónde estaba el Reino de Dios y Jesús siempre destacaba que el mismo se encontraba dentro de ellos:
“Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios está entre vosotros.” (Lucas 17:20-21)
“El Reino de Dios sucede cuando nosotros permitimos que el Señor Jesús, en la persona del Espíritu Santo, reine en nosotros. Y lo más difícil es someterse a alguien que no se ve, ni se siente, ni se toca”, destaca el obispo Macedo.
El Reino de Dios se revela, pero para llegar hasta él es necesario entregarse 100%, y eso exige renuncias, sacrificios diarios. Es por eso que el Señor Jesús, al hablar de los misterios del Reino de Dios, lo comparó a una semilla en la parábola del sembrador. Muchos, incluso se alegraron de recibirla, pero, por no renunciar a los cuidados de este mundo, enseguida la perdieron y no dieron los debidos frutos.
Formar parte del Reino de Dios es a través de la fe. La fe es el aliento de Dios en nosotros. Cuando nuestra vida comienza a ser sustentada por la Palabra Divina.
El Reino de Dios está en el mundo, pero no está de acuerdo con él. Usted no puede tener ambos mundos.
El Reino de los Cielos
Cuando el cuerpo físico muere y la persona va a la eternidad, el Reino de Dios se establece en el Reino de los Cielos. Por eso, aquellos que reconocen la importancia de formar parte de este Reino, lo consideran más valioso que cualquier riqueza que pueda existir en la Tierra.
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” (Mateo 13:44)
Y usted, ¿ya forma parte del Reino de Dios? Si la respuesta es no, ¿quiere saber cómo hacerlo? Participe, este domingo, de una reunión en la Universal principal ubicada en Avenida Corrientes 4070, barrio de Almagro o en una iglesia más cercana más cercana a su domicilio. Pasar la Eternidad en el Reino de los Cielos depende de su permanencia, aquí en el mundo, en el Reino de Dios.
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