“Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.” Génesis 3.4-7
Eva fue creada por Dios a partir de la costilla de Adán para auxiliarlo (Génesis 2:18)
Ella conducía tranquilamente cuando la serpiente, inspirada por el diablo, surgió presentándole el pecado. Y aunque sabía que no podía comer del fruto del conocimiento del bien y del mal, ella terminó cediendo.
¿Qué la llevó a hacer eso?
Cuando observamos el pasaje bíblico de arriba, vemos que el animal le dijo a la mujer que no había ningún problema en comer aquel fruto. La serpiente quería transmitirle a Eva una mala idea sobre Dios, y que el día que ella y Adán comieran el fruto, los ojos de ellos se abrirían. En otras palabras, tendrían poder, serían como el Creador.
Eva deseó tener aquel poder. Vio que el fruto era lindo y le gustó la idea de tener el nivel de conocimiento del Señor. Por eso no resistió la tentación.
El “fruto” hoy en día
¿Cuántos pecados surgen con una apariencia “pura”, “limpia”, cómo si no representaran un problema?
Hoy en día, el pecado no se presenta más como un fruto, como sucedió con Eva, pero ocurre de otras maneras:
– Cuando la persona toma dinero de la caja de la empresa que no le pertenece y dice: “Ah, no hay problema, es poquito”
– Cuando alguien que escucha la Palabra de Dios comienza una relación con alguien que no es de la misma fe y dice: “Ah, pero él (o ella) no hace nada malo, no toma alcohol, y no va a las fiestas. Lo único es que no le gusta ir a la iglesia. Pero con el tiempo va a cambiar.”
– Cuando la persona comienza a cuestionar lo que el Espíritu Santo orienta en las reuniones de la iglesia.
Y hay muchas otras situaciones, en la actualidad, que llevan a alguien a no resistir la tentación y terminan perdiendo con los espíritus malignos. Por eso, es necesario prestar atención a las embestidas de los espíritus engañadores, porque ellos no descansan de hacer el mal.
El apóstol Pablo orientó: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12
Por eso, cuídese para no caer en las artimañas del diablo.
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