“Estaba amenazada de muerte”
Celeste: “Desde los 15 años de edad hasta los 24 estuve sumergida en ese mundo, fueron nueve años de mi vida en es infierno, porque llegué al punto de delinquir para poder comprar y consumir. Consumía cocaína, marihuana, pastillas, alcohol, paco… Tenía todos los vicios.
Estuve presa en un instituto de menores, andaba por la calle con mi hija en brazos y un arma en la cintura. Mi vida se resumía en drogas y armas, perdí todo lo que tenía e incluso llegaron a buscarme para matarme. En una oportunidad confundieron a mi mamá conmigo. La golpearon y le pusieron un arma en la cabeza. Por eso llevé a mi familia a vivir a un galpón porque tuve que abandonar mi casa debido a las amenazas de muerte. Fue muy humillante, porque mi hija pasó de tener todo a vivir de prestado, era una situación horrible.
Conocí la Universal y hoy mi vida está muy bendecida. Me liberé de los vicios y de la mala vida que llevaba. ;i familia y yo somos felices, no consumo más drogas ni alcohol. Gracias a Dios conquistamos dos terrenos, edificamos nuestra casa como quisimos, compramos dos autos 0 km y tenemos una nueva vida”.
“Participaba borracho del tratamiento”
Ariel: “Consumía cocaína, marihuana y alcohol. A los 15 años empecé a salir y a emborracharme, me iba de mi casa a tomar y volvía dos o tres días después. Le decía a mi mamá que estaba en la casa de un amigo, pero era mentira.
Tenía doble personalidad, era de una forma en casa y en el trabajo pero me convertía en alguien completamente diferente cuando salía de noche a tomar. Después del alcohol probé la marihuana.
Conocí a quien hoy es mi esposa, tuvimos un hijo, pero no tenía idea de lo que era formar una familia. Peleábamos todo el tiempo, le era infiel, gastaba el dinero en salidas y droga. Ella también tomaba alcohol y consumía marihuana.
Mi mamá me invitaba al tratamiento, yo la acompañaba, pero participaba borracho, sentado en la última butaca, solo venía por ella. Estuve así durante siete años, venía cada tanto, hasta que un día tuve un problema grave en lo sentimental y en lo económico y toqué fondo. A partir de ahí empecé el tratamiento por mí. La mayor dificultad que enfrenté fue reconocer que tenía problemas. Hoy gracias a Dios estoy libre de los vicios, mi familia es feliz, estamos todos juntos”.
Si usted sufre por un vicio o tiene un familiar que no logra salir de una adicción, participe este domingo a las 15h en Av. Corrientes 4070, Almagro, y descubra que los vicios tienen cura.
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