Noel Biderman, el propietario de un conocido sitio internacional de encuentros extraconyugales, divulgó recientemente que su servicio permite “igualdad entre los sexos”, lo que causó una obvia polémica en varios países.
“La vida es corta, tenga una aventura”, es el eslogan del sitio, fundado en el 2001 y que ya tiene más de 30 millones de usuario, en 46 países, entre ellos Brasil. Sin embargo, ya aparecieron denuncias de que varios de los perfiles son falsos, con fotos atractivas – incluso bastantes vulgares – para atraer a más clientes. Aun así, ¿cuántos matrimonios son destruidos todos los días por quién usa ese servicio?
Biderman, ex abogado, dice que permite “que las mujeres se equiparen a los hombres”, pues, según él, hay muchos negocios dedicados al público masculino, como agencias de acompañantes y burdeles. “Quise concentrarme en el lado femenino de esta ecuación”, dice en un artículo vinculado en el sitio de la red británica BBC.
Lo curioso es que, a pesar de que el empresario defienda que hace un bien a la humanidad promoviendo la traición, al colocar las acciones de su empresa a la venta en la bolsa de algunos países, recibió un escandaloso “no” de los inversionistas. La iniciativa falló en Canadá, donde el sitio está ubicado. El mercado británico también ignoró las acciones, y varios economistas buscados por la BBC para opinar sobre el tema preferían ni siquiera responder. Empresas de análisis de audiencia en internet ni lo consideran entre los sitios de relaciones normales.
Biderman continúa intentando justificar sus servicios con más argumentos absurdos. Él dijo que, si la sociedad está más “cómoda” con relaciones homosexuales, debería sentir lo mismo con relación al adulterio. El empresario no se cansa de decir que traicionar al marido o a la esposa hace muy bien a la relación. Predica, incluso, que quien quiere dejar eso como legado.
¿Realmente una igualdad?
La cuestión de la “igualdad” defendida por el polémico hombre de negocios también deja una pregunta en el aire: él sugiere que la traición es una característica principalmente masculina. No es cierto. ¿Está de acuerdo? Bien, la propia Biblia lo desmiente, hablando de la figura de la mujer adúltera (Juan 8). Levítico 20:10 también muestra que los dos sexos caen en este error. Tanto hombres como mujeres son fieles si se determinan a este propósito. E infieles, cuando el egoísmo vence.
Y aunque eso realmente fuese típico del hombre, lo que Biderman podría predicar como “Igualdad” no sería que la mujer cometa el mismo error, y sí que personas de ambos sexos tenganun carácter firme, o incluso renovado. Esa sí sería una igualdad deseada y constructiva para la pareja y todos los que están cerca.
Cayó en una contradicción
En otra entrevista, en esta oportunidad a un diario londinense, puso a Biderman en una situación delicada. Cuando un reportero del London Evening Standard le preguntó qué sentiría si él encontrase a su esposa usando el sitio – sí, él está casado -, la respuesta fue: “me desbastaría.” Y lo enmendó: “Pero si eso sucediese, sería un problema entre ella y yo, y no culpa del sitio.” Correcto. El mismo reconoce que la traición sería un problema. Entonces, ¿Cómo lo recomienda a otras parejas?
Después, el periodista del Standard le preguntó si el “empresario del adulterio” ya había traicionado a su mujer. Él respondió que “No”. Curioso ¿no?
De las dos opciones, una: o no tuvo coraje para afirmar que mintió, o él mismo no cree en aquello que defiende tanto y que lo hizo millonario por la infelicidad de los otros.
Si usted ha pasado por problemas de traición en su matrimonio, participe de la Terapia del Amor y aprenda cómo resolver ese problema.
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