En el capítulo 8 del libro de Proverbios, Salomón presenta la esencia de la Sabiduría. Él explica las cualidades y los motivos para que el cristiano se interese por este tipo de conocimiento. En las máximas de hoy, el rey aclara que si no fueran utilizadas por reyes, jueces y políticos, por ejemplo, no lograrían gobernar y juzgar con perfección. (Proverbios 8:15).
Además, la explicación de Salomón también puede encuadrar perfectamente en lo cotidiano de cada uno de nosotros. ¿Cómo ser excelentes padres, madres, hijos, profesionales, esposas y maridos, si no somos sabios para hacer la mejor corrección; si no logramos encontrar las mejores palabras para decir en el momento indicado; o si no conseguimos reaccionar ante una situación sin que nadie salga herido?
Lo que el sabio rey explica es que si la persona adquiere Sabiduría tendrá las mismas características y que formarán un solo ser.
Pero ¿qué es la sabiduría?
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española: “Grado más alto del conocimiento. Conducta prudente en la vida o en los negocios. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes.”
En la explicación de Proverbios, puede entenderse como el poder de hacer las cosas correctamente, usando cautela y prudencia siempre.
Entonces ¿Cuáles son las características de la sabiduría que podemos absorber en nuestras vidas?
1 – Diga palabras edificantes, que sean verdaderas y abomine la mentira (Proverbios 8:4-8);
2 – Sea prudente, tenga sensatez, juicio y opinión. Además, dé buenos consejos (Proverbios 8:12);
3 – Tema a Dios y odie el mal. Odie también el orgullo, la soberbia y los malos caminos y las palabras falsas y mentirosas (Proverbios 8:13);
4 – Si usted tuviera sabiduría sabrá gobernar sus negocios, su casa, administrar bienes y su familia (Proverbios 8:15);
5 – Ame la Sabiduría y ella lo amará. Búsquela y la encontrará (Proverbios 8:17);
6 – Al igual a la Sabiduría, camine el camino de la integridad, honestidad y siga los pasos de la justicia (Proverbios 8:20);
7 – La Sabiduría dice: “…Ahora, pues, hijos, oídme, y bienaventurados los que guardan mis caminos. (…) sed sabios, y no lo menospreciéis.” (Proverbios 8:32-33);
8 – Quien la encuentra, halla la vida que agrada a Dios. Pero quien peca contra la sabiduría, violenta su propia alma. Todos los que la aborrecen, aman la muerte (Proverbios 8:35-36).
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