Ellos entraron a las aguas cargando el peso de los errores que cometieron anteriormente, el arrepentimiento por lo que fue dicho, hecho, y no querer sentir nunca más ese dolor. Salen del agua limpios, con los corazones aliviados y con la certeza de que comienzan una nueva vida.
La transformación se produjo en la vida de más de 100 personas durante el bautismo en las aguas realizado por la Universal el día 20 de junio último en el Lac Léman (Lago Lemán), en Ginebra, Suiza. El lugar, donde existe una pequeña playa, es un punto de referencia en el país. El evento atrajo la atención del Sir Frederick (foto de abajo), que pasaba por allí con sus hijos.
Una vida nueva
Él vio el bautismo y decidió explicarles a sus hijos lo que significaba ese gesto, y luego recibió la ayuda de obreros, que le demostraron cuán importante es entregarse a Dios en búsqueda de una nueva vida.
“Él conoció el trabajo de la Universal en aquel lugar y fecha”, explica el pastor Felipe Monteiro, que está en Suiza hace aproximadamente un año. “Aceptó al Señor Jesús y decidió bautizarse en el mismo momento, reconociendo así el sufrimiento que soportó, por estar apartado de Dios. El bautismo fue la expresión de su deseo de iniciar una nueva vida, en aquel instante.”
“Decidí dejar atrás todo lo que me encadenaba.”
La Universal llegó a Suiza en 1993 y hoy cuenta con 22 Centros de Ayuda esparcidos por todo el país. El pastor Felipe explica cómo la Universal alcanza a tantas personas:
“Hablamos de nuestra propia vida, las experiencias que tuvimos con el poder de Dios; este ha sido el método más eficaz. Además, todas las semanas realizamos la distribución del periódico Folha de Portugal en los comercios de las principales ciudades y en los buzones de correo, lo que alcanza a cientos de personas, en cada ciudad del país.”
El joven Hernâni Andrade, de 29 años, fue una de las personas alcanzadas por este trabajo. Él cuenta que se bautizó en las aguas en una ceremonia en el Centro de Ayuda suizo, y que eso salvó su vida. “Yo vivía una vida de adicción a las drogas y parecía que no había una solución”, afirma. “Después de comenzar a participar de las reuniones de la Universal, mi vida cambió. Tomé la decisión de dejar la vida que llevaba y me entregué en el Altar. Decidí dejar atrás lo que me encadenaba. Me bauticé y hoy soy un nuevo Hernâni.”
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