La calificación y la experiencia no son los únicos requisitos que las empresas desean en un empleado. Un comportamiento adecuado es indispensable para asegurar la permanencia en el mercado de trabajo y, principalmente, una carrera exitosa. El chismerío está presente en cualquier ambiente laboral y puede perjudicar la reputación de los empleados. Si usted está acostumbrado a compartir informaciones no oficiales, esté atento: usted puede perjudicar (¡y mucho!) su postura profesional y, de paso, ganar fama de chismoso.
Puertas adentro de las oficinas, la productividad tanto de quienes prefieren desempeñarse solos como de los que se sienten más cómodos trabajando dentro de un grupo, tiende a disminuir cuando hay empleados con perfiles conflictivos.
El trabajo en equipo ocupa la primera posición en cuanto a las características más valoradas por los empleados en general, destaca un estudio realizado por la revista Fortune.
La consultora de Recursos Humanos HuCap enumera 13 tipologías que frecuentemente suelen aparecer dentro de los equipos de trabajo, asociadas con la pérdida de productividad y el malestar o “sufrimiento” organizacional, entre ellos se encuentran: Los chismosos, que siempre están enterados de los datos más recientes de la vida privada del otro y si no… los inventan; y los “lleva y trae” que son los encargados de hacer circular en “secreto a voces” lo que nadie sabe con exactitud.
Si bien la presencia de este tipo de perfiles impacta de manera directa en el clima de trabajo, son los empleados “tóxicos” los que representan la mayor amenaza para las empresas, según advierten todos los expertos consultados.
“Existen algunos perfiles que nos provocan fenómenos negativos de diferente tipo, pueden aburrir, deprimir, enojar o atemorizar”, destaca la licenciada Ana Delgado desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
“Como son los propios colaboradores los que hacen y contribuyen al clima organizacional, una sola persona tóxica puede perjudicar”, advierte Miguel Terlizzi, director general de HuCap.
Skarlett Oliveira, analista de entrenamiento de personal, explica que el chisme compromete las relaciones interpersonales y afecta el clima organizacional. “El perfil chismoso es el peor a causa de los comentarios que se pueden propagar dentro del ambiente de trabajo. Las personas en general se sienten inseguras, porque nunca saben cuál será la próxima información que se esparcirá- Quien tiene este perfil, puede no solo esparcir, sino también inventar informaciones”, afirma.
Los chismes perjudican las relaciones y generan desconfianza en todo el equipo. Las personas que tienen la costumbre de provocar intriga y especular sobre la vida ajena, no están concentradas en el propio rendimiento ni tampoco en la productividad del equipo. “Cuando mira al otro sin preocuparse por su propio desarrollo, peca por hablar de más y se olvida de la importancia de invertir en su carrera y en la búsqueda de mejores resultados. El tiempo que se pierde en conversaciones improductivas se puede usar en conocimiento y eficiencia en las tareas efectuadas”, completa Skarlett.
El chismoso quizás no se da cuenta, pero es capaz de arruinar su propia carrera. “Con el tiempo, ese profesional compromete la propia estadía en la empresa, porque los otros empleados no van a querer estar a su lado y se volverá cada vez más solitario. Eso puede llamar la atención del encargado, que él investigue lo que está sucediendo y que el empleado pierda su trabajo”, dice Skarlett. En situaciones extremas, el chismerío puede producir sanciones, advertencias y hasta el despido.
Pero si en todas las empresas existe chismerío, ¿qué se puede hacer para no entrar en ese círculo? Skarlett resalta que algunas personas no saben lidiar con el chismoso y por eso terminan involucrándose por miedo a ser el próximo blanco.
Para no involucrarse, ella recomienda mantenerse neutro delante de la situación. “No es bueno que lo enfrente, sea cauteloso y haga comentarios como: “Ah, no sabía, pero ¿qué te parece si volvemos al trabajo?”. Son formas de mantener la relación sin darle lugar a los comentarios sobre otros empleados y, al mismo tiempo, ser armonioso con la persona que intentó esparcir algo sobre los otros”.
Administración
Los encargados y los jefes tienen que mantener un diálogo abierto con todos los empleados. Las organizaciones no deben omitir las noticias de la empresa, porque un escenario de inseguridades es propicio para la circulación de chismes. Las informaciones oficiales tienen que comunicarse de forma clara y la opinión de los empleados no debe ser ignorada. Deben utilizarse recursos que faciliten la comunicación interna, como el correo electrónico, una cartelera de noticias interna o hasta realizar reuniones para tratar temas como cambios y mejorías.
Los empleados tienen que respetar y pedir respeto también. Skarlett explica que ellos esperan profesionales compañeros de la ética y de la postura correcta en el ambiente de trabajo. Más allá del respeto y la cordialidad, es importante mantener el compromiso. “Cumplir todas sus actividades hace parte de su compromiso personal”.
En un ambiente sin chismerío e intrigas es más agradable trabajar. Tome actitudes que contribuyan para su crecimiento y no para su decadencia en la empresa. No permita que los chismes lo estorben en su rutina. Mantenga la postura profesional y haga siempre su mejor.
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