La población de Haití, en general, es sufrida. En 2010, el país, localizado en América Central, fue asolado por un terremoto catastrófico, de magnitud 7, que ganó repercusión mundial por causa de las secuelas dejadas tanto material como socialmente. Propiedades fueron destruidas, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, y, con tan grande destrucción, cuadrillas criminales tomaron fuerza en el país.
En aquel periodo, los medicamentos y los alimentos escasearon. Por eso, la población inició una “la pelea por la sobrevivencia”. Surgieron saqueadores armados y mucha violencia. Delante del caos, otros países tuvieron que intervenir.”
La Universal, que acompaña la dificultad por la que pasa el país, brinda auxilio espiritual a la población. “La institución ha ayudado a las personas a cambiar por medio del cambio de pensamiento, pues gran parte del pueblo cree que nació para sufrir. Sin embargo, hemos demostrado, por medio de los milagros y de la liberación de los males emocionales y espirituales, que todo es posible si ellos cambian esa forma de pensar”, observa el obispo Flavio Alves, responsable por el trabajo evangelístico en lugar.
Para ayudar a causar ese cambio, la Universal realizó recientemente el evento “Usted Puede”, en el Palacio Municipal de Puerto Príncipe. Más de 1,2 mil personas estuvieron presentes. “La principal finalidad del evento fue mostrar al pueblo haitiano el poder de un Dios que puede todo y, así abrir la visión de las personas”, destaca el obispo.
Cambio de vida
La haitiana Alione Joseph quiso comentar su experiencia durante el evento. “Yo encontré a un Dios verdadero que cambió totalmente mi interior. Recibí una paz tan grande que, aunque haya una lucha del lado de afuera, tengo fuerzas dentro de mí para luchar y vencer todos los problemas. No sé ni cómo explicar estar gran paz”, cuenta.
Otro participante, Monses Toussaint, sufrió durante nueve años con problemas en la columna y no podía moverse. Durante la concentración de fe, percibió que, después de la oración, había sido curado. En el palco, al lado del obispo Ubirajara Fonseca, que condujo el encuentro, Monses saltó, se agachó, corrió y caminó. Además de Alione y Monses muchas otras personas fueron curadas.
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