Diariamente, somos bombardeados por sonidos, imágenes y palabras que ocupan nuestra mente y dedicamos los preciosos minutos de nuestro tiempo a informaciones innecesarias que tenemos disponibles. Pero cuanto más involucrados estamos con las distracciones, más nuestra relación con Dios es afectada. Porque Él habla por medio de pensamientos y, si ellos ya están muy ocupados, ¿cómo escucharemos Su voz?
Por eso, el próximo 20 de septiembre comienza la novena edición del “Ayuno de Daniel”- un periodo de 21 días para permanecer lejos de los entretenimientos, con el objetivo de limpiar la mente de todo lo que estorba su comunión con Dios.
Así como el profeta Daniel ayunó durante 21 días para buscar sabiduría y entendimiento, todos los que participen de este propósito de fe se aislaran de las informaciones seculares (como televisión, juegos, internet, cine y paseos) y así permanecerán más tiempo conectados con Dios.
Recientemente, en su programa Palabra Amiga, en Red Aleluya, el obispo Edir Macedo explicó que para recibir el Espíritu Santo es necesario estar con los pensamientos en Él y, por eso, es importante vivir el “Ayuno de Daniel”. “Son tres semanas pensando en las cosas de Dios, para que el Espíritu de Él venga sobre nosotros. Nada es más importante que su vida y solo puede ser bendecida con el Espíritu de la Vida, que es el Espíritu Santo. Con Él, tenemos una nueva mente, pensamos como Dios piensa y actuamos como si Él estuviera en nuestro cuerpo.”
Todas las personas que ya son bautizadas con el Espíritu Santo tienen la oportunidad de renovar la fe y estrechar aún más su relación con Dios. También es un periodo para que el que se siente débil, se fortalezca. “Para enfrentar las tribulaciones y las lluvias torrenciales, es necesario ser guiado por el Espíritu. Él es el Consolador, que nos mueve, nos hace libres. Si usted se abstiene de las distracciones del mundo, Él posa sobre usted y hace morada. Usted será guiado totalmente por el Espíritu de la fe, y no por el hombre”, afirmó el obispo.
Sed del Espíritu
A lo largo de los años, varias campañas del “Ayuno de Daniel” llevaron a muchas personas a recibir el bautismo del Espíritu Santo. Caroline Gomes, de 21 años, (foto de al lado) participó por primera vez en la última edición y fue bautizada.
Ella cuenta que fue un periodo de sacrificio, porque ella estaba conectada todo el tiempo a las redes sociales. “Yo me despertaba y ya agarraba el celular. Estaba horas mirando lo que los otros posteaban y solo paraba para comer”, recuerda.
Cuando se entero de la campaña que se realizó al comienzo del año, Caroline fue determinada: “Yo me dije y le dije a Dios que no terminaría el “Ayuno” sin que sea bautizada con el Espíritu Santo”.
Durante los 21 días, ella no se involucró con ningún tipo de distracción, desinstaló las redes sociales del celular y estuvo atenta a los contenidos relacionados con la vida espiritual. “Meditaba en la Biblia, me levantaba por la madrugada a orar, miraba el blog del Obispo Macedo y leía los libros de la iglesia”, cuenta.
Con dedicación para recibir el Espíritu Santo, la respuesta vino la segunda semana. “No me olvido de ese día. Yo me distancié de todas las informaciones del mundo, busque con fuerzas a Dios y obtuve la respuesta.” Después del bautismo, su comportamiento cambió. “Cambié mis hábitos y estoy firme en la fe. Comencé a preocuparme para no desagradar más a Dios.”
Siempre renovada
Maristela Paixão Azevedo Caires, de 54 años, (foto de al lado) nunca dejó de participar del “Ayuno de Daniel”. Ella, que frecuenta la Universal hace quince años y hace siete es bautizada con el Espíritu Santo, hace el propósito de fe para renovar la comunión con Dios. “Yo siempre lo hago porque quiero mantener encendida la llama y estar más cerca de Dios”, afirma.
Para ella, esta campaña de fe, hace que las personas sean fuertes delante de las luchas diarias. “Hoy en día es muy fácil desanimarse. Con el “Ayuno de Daniel” nuestro ánimo se levanta. Estamos rodeados de tantos problemas, que si comenzamos a distanciarnos de Dios, nos debilitamos y es más difícil vencer los problemas.”
Durante el “Ayuno”, más allá de distanciarse de toda las distracciones, Maristela va más a la iglesia, participa de las evangelizaciones, hace oraciones en varios horarios y lee la Palabra de Dios. “No podemos darle lugar a los sentimientos que vienen con las informaciones que nos llegan”, destaca.
Para estrechar la relación con Dios, participe del “Ayuno de Daniel”, removiendo durante 21 días las actividades de entretenimiento que estorban su consagración espiritual. Aproveche este periodo para reflexionar sobre la manera en cómo ha conducido su vida y piense en actividades que lo hagan estar más conectado con los pensamientos de Dios. Así, su mente estará atenta a Su voz y usted tendrá la dirección que necesita para ser guiado en todas las áreas de su vida.
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