Una vida de elecciones equivocadas, en una búsqueda incansable por, simplemente, ser amada. Así podría ser resumida la historia de dolor y sufrimiento de la reportera Andressa Urach, de 27 años, relatada en su libro “Morí para vivir”, lanzado en el mes de agosto. El jueves pasado, ella estuvo en la Terapia del Amor, en el Templo de Salomón, contando un poco de sus experiencias – muchas de ellas no fueron relatadas en el libro – a la pareja de conferencistas Renato y Cristiane Cardoso, y a más de 8 mil personas presentes.
Teniendo que lidiar con el rechazo desde temprano, la búsqueda por el cariño y atención se volvió un vicio para ella. “Cuando nací, mi madre tenía 14 años y mi padre 27. Él era descendiente de alemanes, y por haber nacido con el tono de piel más oscuro, él creía que no era su hija y me rechazó. Yo buscaba el amor desde niña, el de mi madre, el de mi padre, el de mis amigos”, contó.
Andressa sufrió abusos por parte de su abuelo de crianza desde los 6 a los 8 años de edad, lo que la hacía sentirse culpable y, por eso, se volvió una niña rebelde. Se sentía fea por ser muy alta y delgada. Cambiaba el color de su cabello, usaba piercings para llamar la atención. A los 15 años, se casó para irse de la casa y tener la familia que nunca tuvo. A los 17 años quedó embarazada. “Mi matrimonio duró mientras yo vivía con mi suegra. En el último año de unión, fuimos a vivir en otra casa y la relación se terminó. Yo era muy molesta, malhumorada, ambiciosa. Pensaba que cuando tuviera dinero sería feliz. Era extremamente vanidosa. La atención solo era para mi hijo. Nunca creí que me separaría, porque mi hijo no pasaría por lo que yo había pasado. Pero el castillo se desmoronó.”
Cuando se vio sola para criar a su hijo y llena de deudas para pagar, Andressa recibió una propuesta para prostituirse. Al principio se resistió, pero terminó rindiéndose, por la “facilidad” de tener dinero. “Pensé así: mi familia nunca fue feliz en el amor, y yo tampoco lo voy a ser, entonces, voy a prostituirme. Yo pensaba que no estaría haciendo ningún mal a nadie, solo a mí misma. Lo que yo no entendía es que hacerme “mal a mí misma” era hacer un gran mal.”
“Comencé a enamorarme de delincuentes. Ellos no sentían vergüenza de mí”
En ese periodo, Andressa solo tenía dos perspectivas para la vida sentimental: “Yo creía que sería amante, o si tuviese marido, tendría que aceptar ser traicionada.”
Sin embargo, aún creyendo que no podía ser feliz en el amor, ella continuaba en la búsqueda desenfrenada. “Si alguien me daba un poco de amor, yo ya me enamoraba. Busqué la fama porque creí que me iban a amar. Todos aman al famoso. Cuando buscaba fama yo estaba buscando amor. Yo usaba ropa corta para llamar la atención, para ser elogiada”, cuenta, recordando un episodio donde se enamoró de un empresario y fue rechazada porque él le dejó en claro que una prostituta no combinaba con su estatus. “Yo sabía que era vulgar y que un hombre de negocios nunca me asumiría, entonces me enamoré de delincuentes. Ellos no se avergonzaban de mi. Pensé que mi destino sería casarme con alguno de ellos. Hasta ya me veía como la esposa de algún delincuente o visitando la cárcel.”
El amor se busca dentro, y no afuera
Renato y Cristiane hablaron al respecto de una de las verdades sobre la vida sentimental: el amor se busca adentro, y no afuera.
“A dónde quiera que usted vaya, usted estará allí”, bromeó Renato para llamar la atención de las personas sobre el hecho de que ellas siempre estarán más en su propia compañía, que con el resto de las demás personas. “Es imposible que usted se divorcie de usted. Por eso, si siempre voy a estar conmigo, yo tengo que aprender a relacionarme conmigo mismo, tengo que gustarme”, explicó.
Él resaltó que eso era lo que no sucedía con Andressa, y es así con muchas personas. Ellas no se gustan por varias razones, y es difícil que alguien guste de quien no se gusta.
“La persona que no se ama vive en los extremos, o ella se desprecia o desprecia a los otros; o no se cuida o se cuida para los otros”, destacó Cristiane.
“Quien no se valora siempre atrae a su igual”, afirmó Renato, resaltando que las personas que están bien consigo mismas no están preocupadas con lo que piensan sobre ellas. “Si ellas tienen la seguridad de quienes son con Dios y con ellas mismas, entonces, ¿para qué preocuparse con la opinión de terceros a su respecto?” Y otro detalle importante dicho por él: “El que se gusta, es rápido para reconocer sus errores, perdonarse y seguir adelante.”
¿Cómo amarse?
“Solo encontré el amor cuando encontré a Dios”, dijo Andressa. “Usted pasa a amarse cuando cree en el amor que Dios le tiene. Ese es el amor que viene de la fe, porque usted no tiene sentir para entender, tiene que creer”, resaltó Cristiane.
La lógica es pensar de la siguiente manera: si Dios me ama tanto, al punto de entregar a Su único Hijo por mí en aquella cruz, ¿Quién soy yo para no amarme?
Cuando uno tiene un encuentro verdadero con Dios, el vacío se llena, usted comienza a verse con otros ojos, a través de los ojos de Dios. Los diálogos internos negativos son vencidos por los positivos. “Dios no soluciona tan solo sus problemas, Dios soluciona la vida. Él solucionó la mía”, destacó Andressa.
Si usted también quiere solucionar sus propios problemas internos y alcanzar la felicidad sentimental, participe, todos los jueves, de la Terapia del Amor, en Av. Corrientes 4070 – Almagro a las 16 y 20h. En el Templo de Salomón, las clases se realizan en tres horarios: 10, 15, y 20 h, en la Avenida Celso García 605, Brás, en San Pablo.
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