El mundo puede venirse abajo, pero te mantienes inalterable y confiada. Eso es ser fuerte. Las mujeres así no son una rara especie de superheroínas, solamente saben que sin Dios es imposible ser fuertes. Reconocen que dependen de Él, Le presentan sus dificultades y confían en que Dios está a cargo de todo. Por eso su fe permanece inalterable ante cualquier situación, por más difícil que parezca. Puede parecer imposible, pero todas podemos convertirnos en esa mujer.
Para eso, primero debes olvidarte de protagonizar tu propia “telenovela”, en la que eres la víctima. En su blog, Cristiane Cardoso habla sobre los perjuicios de usar las emociones femeninas de forma negativa: “Dios le dio sensibilidad a la mujer porque sería madre. No para que sea débil. No fue para ser una mujer que llora por todo. Dios nos hizo mujeres fuertes. Tenemos una fuerza inmensa, somos más fuertes de lo que pensamos. Pero debido a ese pensamiento ‘soy frágil y emotiva’, la mujer se debilita”.
A veces es normal tener una reacción inesperada ante una mala noticia, es complicado, pero desesperarse y deshacerse en un mar de lágrimas nunca resolvió el problema de nadie. Cuando abandonamos los sentimientos malos y dejamos de sentir pena de nosotras mismas, estamos mostrando fuerza en vez de debilidad, sacando lo mejor de nosotras en las situaciones difíciles.
Todo es una elección. Si te martirizas cada vez que escuchas esa música que te hace acordar a tu ex, si todavía no te perdonaste por un error que cometiste, actúa de otra forma. Quizás, lo que te hace falta no es un novio, una carrera fabulosa o la casa de tus sueños. Ese vacío y los conflictos que te hacen perder la lucha contigo misma muestran que necesitas encontrarte, y eso solo es posible cuando conoces a Dios.
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