El Ganges es uno de los siete ríos sagrados de la India, que nace de las aguas puras y abundantes de las heladeras de los picos más altos del Himalaya, recorriendo una distancia de 2,5 mil kilómetros y recibiendo 11 afluentes, hasta alcanzar los márgenes de la Bahía de Bengala. El Ganges hace fértiles las planicies áridas del Norte de India y sacia a la población que vive en sus márgenes.
Para los fieles del hinduismo – principal religión de India y tercera mayor de mundo, que une creencias culturales y religiosas, como encarnaciones y guías espirituales -, el Ganges es considerado el río de la vida y de la purificación, porque fluye desde el corazón de India. Es uno de los mayores centros de peregrinación del mundo, principalmente en el periodo del mayor festival religioso, el Kumbha Mela, que se realiza cuatro veces cada 12 años. Millones de hindúes siguen la tradición milenaria de bañarse en el río para “limpiarse” de los pecados y tener una vida mejor en la “próxima encarnación”, como creen. Para tener idea de la devoción de los hindúes, aproximadamente 30 millones de personas se bañaron en las aguas del Ganges en el 2001, en un festival sobresaliente.
Solo que el río representa, por encima de todo, un peligro para la salud, ya que recibe cargas industriales de desagotes, pesticidas e incluso cadáveres. La misma agua que es utilizada para beber, lavar los dientes y lavar la ropa, es la que recibe heces humanas y de animales que vienen de los torrentes. En enero de este año, más de 100 cuerpos fueron encontrados flotando en un afluente del Ganges, en el estado de Uttar Pradesh, según BBC News. Según informaciones, los cuerpos fueron despedidos por los familiares, lo que es bastante común cuando no se tiene dinero para pagar por la cremación. Otra opción es dejar que los cadáveres se pudran a las orillas del río.
En el nombre de la tradición
La práctica de cremación al aire libre forma parte de una creencia arraigada. Después, los devotos tiran las cenizas y los huesos de sus seres queridos en el río, creyendo que sus muertos serán purificados y se liberarán de la servidumbre material.
El Ganges también es el destino final elegido por muchas personas mayores, que creen que si fallesen en el lugar sagrado o el ciclo de reencarnaciones termina, estando así libres de la Rueda del Samsara, básicamente, del Karma, como creen los hindúes. Otra tradición seguida por muchas madres, es que ahogan a sus hijos recién nacidos, especialmente niñas, como sacrificio a sus dioses en el río.
La veneración a la diosa Ganga, la personificación del sagrado río, es algo tan fuerte que, aun sabiendo los peligros de la contaminación, los fieles no dejaron de llenar con agua del Ganges botellas de plástico y latas, para usar en ceremonias religiosas o incluso en sus casas. La contaminación es aceptada como una “bendición” de la diosa del río.
Sin límites
La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene estudiando una forma de descontaminar ese río, que es la principal causa de mortalidad infantil en la región. Si no logran controlar la contaminación será el fin de las comunidades que viven a los largo de las orillas. Hoy, más de 400 millones de personas dependen del Ganges. Pero los billones de dólares invertidos aún no fueron suficientes para combatir el problema.
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