La Biblia está llena de pasajes que registran las señales de lo que sucederá en la Tierra en los últimos tiempos. Pero parece que las personas insisten en ignorar o pensar que todo eso no es más que una tontería religiosa. El propio Señor Jesús, al ser indagado sobre cuáles serían los indicios que surgirían cuando el fin estuviese cerca, respondió indignado:
“¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo?” (Lucas 12:56)
Los cambios son tan claros que la naturaleza está sufriendo, y todos ellos previstos bíblicamente. Hace tiempo que el fenómeno El Niño es muy conocido cuando el tema son las altas temperaturas, inundaciones y todo tipo de desórdenes climáticos. Este año el mismo, volvió a ser destacado con el anuncio de los científicos de Met Office (agencia meteorológica de Reino Unido), de que los próximos 2 años pueden ser los más calurosos ya registrados en el mundo.
Solo en 2015 la temperatura promedio de la Tierra aumentó 0,68°C (grados centígrados), en comparación al promedio registrado entre 1961-1990. Parece poco, pero las noticias muestran que no. No fueron extrañas las veces que los noticieros de todo el mundo mostraran los efectos devastadores de las olas de calor. En mayo, las temperaturas alcanzaron los 50 °C en la India, matando a 2.200 personas, apenas superado en 1998, en el que 2.451 personas murieron en la ola de calor más mortal de la historia del país, de acuerdo al banco de datos internacional sobre las catástrofes naturales (EM-DAT).
Y no solo el calentamiento será notable, sino también un cambio de las estaciones, ya que, en algunas partes del mundo, como en Europa, el verano será más frío.
¿Sería el Fin de los Tiempos?
Pero, ¿este fenómeno tiene alguna relación apocalíptica?
La Biblia relata que, en los últimos tiempos, la Tierra, que una vez fue destruida por el diluvio (Génesis 7:11), estaría reservada para el fuego: “… pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. (…) esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán” (2 Pedro 3:7-12).
Y en el mismo libro del Apocalipsis hay registros de fuertes olas de calor:
“Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.” (Apocalipsis 16:9)
Pero incluso delante de todo lo que vivirá, la humanidad no se rendirá a Dios. En lugar de esto, Lo culpará por todo el flagelo que vivirá. Continuará viviendo en la dureza de su propio corazón.
Tal vez usted esté pensando: “Ah, pero los científicos dijeron sobre los próximos dos años, no puede ser que el fin esté tan cerca.” ¿Y qué garantía usted puede tener de esta afirmación?
El apóstol Pedro advirtió que no podemos olvidarnos de que, para Dios, un día es como mil años. Por eso es importante que estemos atentos a las señales y preparados, porque el día del Señor vendrá como un ladrón (2 Pedro 3:8-10).
¿Qué ha hecho para prepararse para ese gran día? Cuando el Señor regrese, ¿lo encontrará en paz, sin mácula e irreprensible?
Todos los miércoles, en todas las Universal, se realizan reuniones con un único objetivo: prepararnos para la Eternidad. No limite su vida solo a lo que necesita para comer, vestir y conquistar en este mundo. Un día se terminará. Priorice su Salvación.
Encuentre la dirección de una Universal más cercana a usted y no descuide el bien más precioso que es su alma. Después puede ser demasiado tarde.
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