Síntomas:
– Dolor en el costado o dolor en la espalda
– Fiebre superior a 38.9 ºC que persista más de 2 días
– Escalofríos con temblor
– Piel caliente, colorada o enrojecida
– Vómitos, náuseas
– Fatiga
– Malestar general
– Micción dolorosa
– Incremento en la frecuencia/urgencia urinaria
– Color de orina anormal o turbia
– Sangre en la orina
– Olor de orina fétido o fuerte
Causas:
La pielonefritis se presenta con más frecuencia como resultado de una infección urinaria, particularmente en presencia de reflujo de orina ocasional o persistente de la vejiga hacia los uréteres o la pelvis renal.
Aunque la cistitis (infección de la vejiga) es común, la pielonefritis se presenta con mucha menos frecuencia. El riesgo aumenta si existen antecedentes de cistitis, necrosis papilar renal, cálculos renales, reflujo vesicoureteral o uropatía obstructiva.
El riesgo también aumenta cuando existen antecedentes de infección urinaria crónica o recurrente y cuando la infección es provocada por un tipo de bacteria particularmente agresiva.
La pielonefritis aguda puede ser severa en los ancianos y en las personas que se encuentran inmunodeprimidas (por ejemplo aquellos que tienen cáncer o SIDA).
Tratamiento y consecuencias:
Pueden emplearse antibióticos por vía oral o intravenosa.
Si bien el daño renal permanente es raro, puede presentarse en caso de que las infecciones sean crónicas, cuando ocurren en un riñón trasplantado o cuando se presentan durante la lactancia o la infancia.
“Buscaba una solución para mi salud donde fuere”
Isabel Fernández tuvo serios problemas en su salud, tenía quistes en los ovarios e infecciones urinarias frecuentes por lo que era medicada. “Los quistes oprimían los riñones. Me operaron dos veces y tenían que hacerlo una tercera vez pero no quise, entonces me tenían que hacer rayos por lo que tenía miedo de morir y me daban ataques de pánico”, cuenta.
Desesperada, recurrió a los espíritus. “Me mandaron a hacer baños de malva, me desnudaron, me metieron en un cuarto y una mujer cantaba y me tiraba agua. Buscaba una solución, entonces aceptaba que me hicieran estas cosas”, reconoce.
Una compañera de trabajo la invitó a la Universal y cuando ella comenzó a participar de las reuniones, salió diferente. Dios obró y los quistes desaparecieron, se terminaron los problemas en los riñones y las infecciones urinarias. “Gracias a Dios no solo recuperé mi salud, sino que tengo una nueva vida”, afirma.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
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