La joven Kanittha “Mint” Phasaeng, de 17 años, pareció no importarle la corona, la banda de seda y mucho menos los impresionantes zapatos dorados al arrodillarse ante una recolectora de residuos después de ganar el codiciado título de Miss Tailandia 2015 (foto). La reacción conmovedora de la modelo hizo que el mundo se preguntara: “después de todo, ¿quién esa mujer de ropa sencilla para merecer una gratitud tan grande?” Era la madre de Mint y, con orgullo la joven dijo: “Lo que tengo hoy se lo debo a mi madre. Ella y yo nos ganábamos la vida haciendo un trabajo honesto, entonces no existe ninguna razón para que me sienta inferior.”
Mint creció en la pobreza y fue criada solo por su madre, quien siempre trabajó en la recolección y el reciclaje de residuos. La muchacha siempre ayudó a su madre y nunca se avergonzó de la profesión. A pesar de no haber tenido condiciones para ir a la universidad, se mantuvo optimista sobre el futuro. Según el periódico británico Mirror, la joven no se imaginaba ganar la competencia. Ella decidió pretender el título después de haber sido incentivada por amigos.
Símbolo de orgullo
Para los asiáticos, la manera más grande de demostrar gratitud y respeto es arrodillándose. Entonces Mint, no pensó dos veces en hacer esto. “Cualquier persona solo tiene éxito en la vida gracias a los sacrificios hechos por sus padres”, destacó.
Gracias al concurso, la miss trabajará como modelo en el mercado publicitario, pero ya afirmó que eso no le impedirá ayudar a su madre en el reciclaje.
Y usted, ¿honra a sus padres?
En la cultura asiática, honrar a los padres es de gran valor para los hijos. El año pasado, la foto de un joven recién graduado abrazando a su padre agricultor (foto al lado) fue viral en internet como símbolo de orgullo. Fue con mucho sacrificio que este padre consiguió que su hijo se graduara en la Rajabhat University, al nordeste de Tailandia, y el día de la graduación, el hijo honró a quien siempre había sido su apoyo.
¿Cuántos hijos son realmente agradecidos por la familia que tienen? ¿O saben darle crédito de sus logros a los que siempre los incentivaron a ser mejores? Si usted se ha graduado, es muy probable que uno de sus padres (o los dos) solo se haya ido a dormir después de que usted regresara de la universidad. ¿Cuántas veces ha llegado a su casa y la comida ya estaba esperándolo? ¿Cuántas noches sin dormir sus padres lo esperaron después de una presentación, ansiosos por saber cómo le había ido? ¿Cuántas veces, incluso, cuando el dinero no era suficiente, su familia lo ha apoyado en alguna decisión?
Hoy en día, para muchos hijos, lamentablemente, la figura de los padres no representa nada dentro de casa. Pero honrarlos es el primer mandamiento de Dios con promesa: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.” (Éxodo 20:12)
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