Su creador fue Imi Lichtenfeld, nació en 1910 en Hungría, pero fue criado en Eslovaquia. Su padre era jefe del servicio secreto. Incentivado por él, Lichtenfeld comenzó a practicar varios deportes y fue campeón nacional de lucha y de boxeo. Imi acompañaba a su padre y parte de su trabajo consistía en sugerir movimientos y técnicas básicas de defensa personal a los policías. Su tío era médico y eso le garantizaba el acceso a libros y al conocimiento sobre el cuerpo humano. Con base en la ley, en la medicina y en el deporte, creó un nuevo estilo de arte marcial basada en movimientos simples, eficaces, que usan la agresividad del oponente contra él y atacan los puntos débiles de su cuerpo. Lo llamó Krav Magá (combate de contacto en hebreo).
Lichtenfeld organizó un grupo de jóvenes guardias que protegían a la comunidad judía de los ataques antisemitas. Posteriormente se unió al ejército británico. En 1942, se fue a Israel, donde permaneció hasta la independencia. Se convirtió en entrenador e instructor de Krav Magá de la IDF.
En un comienzo, el Krav Magá era el sistema de combate “oficial” de las fuerzas armadas israelíes. Después su creador lo difundió a los demás militares, a la policía y al servicio secreto. Y desde 1967 comenzó a enseñar el Krav Magá a los civiles de allí y de otros países. Existen numerosas organizaciones de todo el mundo que enseñan las variantes de Krav Magá. En Brasil tiene su representación oficial, a cargo del maestro Kobi Lichtenstein, elegido por el propio Linchtenfeld para la difusión del Krav Magá en América del Sur.
“El Krav Magá eleva la percepción y transforma el miedo en algo más productivo”, dice Lichtenfeld, que, a lo largo de los años, lo adaptó para ambos sexos y varias edades. La práctica de la lucha israelí estimula en el alumno el deseo de superarse física, psicológica y espiritualmente, con base en el respeto y en la disciplina.
A diferencia de otras artes marciales, donde al principio el luchador se defiende y espera una oportunidad para atacar, en el Krav Magá la defensa y el ataque se dan simultáneamente, con el objetivo principal de neutralizar la amenaza, con atacantes armados o no. Con su gran conocimiento de anatomía humana, Lichtenfeld enseñó a sacar ventaja de los puntos débiles del cuerpo del adversario, como los ojos, rostro, garganta, cuello, ingle y dedos. Lichtenfeld, falleció en 1998, pero a lo largo de su carrera fue buscado por las Fuerzas Armadas y agencias de seguridad de varios países del mundo para implantar oficialmente sus técnicas de combate cuerpo a cuerpo a sus agentes.
El Krav Magá enseña mucho más que defensa personal y el deseo del luchador de desarrollar su físico para ser más eficiente. Entre sus principios están la autoconfianza en el momento de defenderse (y a los seres queridos), la superación personal y la de obstáculos externos; todos ellos son factores imprescindibles en el papel de un hombre que pretende un día ser líder, ya sea de una familia o de una organización.
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En el Krav Magá, como en otras luchas, se utiliza el sistema grados de cinturones de varios colores para establecer los progresos del practicante. Claro que eso depende de su desempeño.
¿Usted ya comenzó algún arte marcial y no siguió adelante? El Desafío #27 del IntelliMen (ingrese en www.intellimen.com) habla exactamente sobre eso: los proyectos que se comienzan y se abandonan. ¿Qué le parece si lo retoma?
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