En los últimos meses se escuchó hablar mucho del auto inteligente, que busca hacer más seguras las travesías impulsando la conducción automática. Las grandes empresas tecnológicas de la actualidad, como Google y Apple, están trabajando en prototipos de autos que se manejan solos, en el que todos seríamos pasajeros.
Google presentó su vehículo autónomo el año pasado y se adelantó en la carrera. Incluso se pudieron ver algunos autos ya circulando en Mountain View, California, donde la empresa tiene su cuartel general. Este coche identifica obstáculos e incluso frena cuando hay pozos, pero no puede funcionar sin internet ni en días de mucha lluvia o nieve. la compañía pretende sacar a pasear también a su coche autónomo pequeño, solo para dos personas; el objetivo es lanzar los primeros al mercado en cinco años.
Tesla, una empresa pionera en la fabricación de autos eléctricos, anunció que sus modelos de la línea S podrán manejarse solos a través de una actualización de software. Con lo que se denomina el “autopiloto”, los conductores podrán descansar las manos del volante y de hecho solamente dar instrucciones, para luego dejar que el auto recorra las carreteras por sí solo.
Sin embargo, una cosa es que la tecnología esté disponible para que los fabricantes la usen e implementen y otra es que esté lista para salir a la calle. La principal dificultad que enfrentan hoy los desarrolladores es lograr que el auto reacciones ante situaciones imprevistas de la misma forma en la que lo hace un ser humano. ¿Qué sucederá si un peatón cruza la calle de forma imprudente? ¿Logrará el auto automático frenar a tiempo? Por otro lado, también se busca que los autos puedan interactuar entre sí para evitar accidentes.
Finalmente, así como hoy el dueño de un auto se preocupa por asegurarlo y cuidar que no se lo roben, los autos “inteligentes” correrían ese peligro y uno mucho mayor: el hackeo. ¿Qué sucede si se infiltra el sistema de navegación del vehículo y se lo hace doblar a la derecha pero informar a los demás vehículos que lo hará hacia la izquierda? En una autopista cargada, el resultado sería desastroso.
El futuro se acerca a pasos agigantados, pero debemos ser lo suficientemente cautelosos e inteligentes como para solucionar un problema sin generar otros más graves.
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