Estaba leyendo esta palabra y me pareció fuerte, habla sobre los riesgos del tiempo. Eclesiastés 9:11-12
Tenemos que tener mucho cuidado con el tiempo, porque este tiene el poder de hacer que las cosas pierdan el valor o que lo aumenten.
Es natural del ser humano celar o cuidar algo solo mientras eso tiene valor para él.
Cuando el tiempo pasa y algo pierde valor, comenzamos a descuidarlo, y cuando descuidamos una cosa, terminamos perdiéndola.
Muchas personas cayeron y están cayendo a causa de la acción del tiempo. El tiempo hizo que las cosas de Dios perdieran el valor para ellas.
Tratándose de las cosas de Dios, muchas personas darían todo por tener la oportunidad que estamos teniendo, pero que estamos despreciando. Por ejemplo, una mañana de domingo en la presencia de Dios, una campaña de sacrificio, un Ayuno de Daniel, acceder al blog del obispo, etc.
Para que algo no pierda valor con el pasar del tiempo, tenemos que conservarlo, o sea, tenemos que cuidar eso todos los días.
¿Y cómo hacer eso? Por medio de algo llamado primer amor.
Usted puede ver que nos maravillamos cuando vemos en la calle a un auto de los años ’70, ’80, en perfecto estado de conservación – su valor, quizás, es incluso mayor con el paso del tiempo. Así también es con los que mantienen el primer amor hacia las cosas de Dios: el tiempo pasa y el valor de la fe, de la fidelidad, de la comunión con Dios solo aumenta.
En la carta a la iglesia en Éfeso, el Espíritu Santo le dice a la iglesia: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras…” Apocalipsis 2:4-5
Vemos que la persona no cae cuando sale de la iglesia, sino cuando abandona el primer amor.
La pregunta es: ¿Usted ha cuidado su Salvación o la ha descuidado?
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