La persona exitosa está indignada contra las situaciones malas que oprimen su vida. Ella no se acomoda delante de un problema y busca rápidamente la forma de solucionarlo.
¿Cómo aceptar la humillación de no tener condiciones para alimentar a sus hijos, por ejemplo, o perder la credibilidad por no poder cumplir con las obligaciones? La persona indignada corta rápidamente el mal por la raíz, ella no espera que la situación destruya su vida.
El que busca el éxito trabaja incesantemente para conquistar una calidad de vida. Y esa indignación contra la miseria y el sufrimiento, ocurre en los pensamientos de aquellos que conocen el poder de Dios, porque, ¿cómo es posible conocer al Autor del Universo y no ver Sus maravillas materializadas?
“En el indignado Dios tiene un aliado. El indignado es diferente. Su mirada es diferente, sus actitudes son diferentes, su comportamiento es diferente, su postura es diferente. Y los resultados que él alcanza son diferentes. El que manifiesta esta indignación es una antorcha. Quema e ilumina. Tiene fuego ardiendo en su interior, que no lo deja acomodarse, ni entregarse y que lo hace enfrentar cualquier situación. Esa indignación es su fuerza, enfrenta el problema dando el golpe justo. En vez de vivir aterrorizada con los problemas, la persona reacciona de tal manera que el problema comienza a tenerle miedo, porque sabe que ella no descansará hasta que su vida cambie. Es una cuestión de honra. La situación puede estar horrible, pero continua luchando”, observa el conferencista Jadson Edington, autor del libro “50 tonos para el éxito”.
Por eso, el que tiene ese pensamiento no se queda paralizado ni reclamando delante de la situación que no le hace bien. Esta persona puede incluso, hasta quedarse callada delante de los que están a su alrededor, pero le expresa a Dios lo que está sucediendo. El indignado hace eso porque cree en el poder del Altísimo y sabe que de allí puede venir su victoria.
Por lo tanto, incluso delante de las grandes dificultades la persona exitosa no desiste, pues ella sabe que, al superar ese desafío, tendrá más fuerza para enfrentar los próximos. Ella sabe que es un entrenamiento para su fe.
“Lo que impide el nacimiento de esa indignación justa es el pensamiento religioso (también anti bíblico) de que Dios prueba a las personas con desgracias, enfermedades y miseria. Este pensamiento hace que la persona dude, creyendo, por ejemplo, que Dios es un padre capaz de poner un cáncer en su hijo para probarlo. ¡Qué padre cruel! Esa idea fue tomada de una tradición religiosa, que no tiene absolutamente nada que ver con la descripción bíblica del carácter de Dios. Siempre que el pueblo estaba cerca de Dios, andando en Sus caminos, tenía la garantía de la protección. Esa misma garantía tenemos hoy. Dios no es torturador. Las dificultades hay que superarlas a través de la indignación racional”, destaca Edington en su libro.
¿Le gustó ese consejo? Participe de las reuniones del “Congreso para el Progreso”, en el Av. Corrientes 4070 – Almagro, que se realizan todos los lunes a las 8, 10, 16 y, especialmente, a las 20h. O en una Universal más cercana a su domicilio (Ingrese aquí para ver la dirección). [related_posts limit=”17″]