Un nuevo año se acerca y, para muchos, esto significa comprar ropa blanca, comer doce uvas antes de la medianoche, la quema de muñecos y ropa vieja, y muchas otras tradiciones populares. Sin embargo, ¿serán esas las “fórmulas mágicas” para atraer un año exitoso? A la especialista en gestión de personas Tatiana Carrico, de 36 años, que creía que el color de la ropa influenciaba en su año, esas creencias nunca le trajeron resultados. “Comenzaba el año con peleas y desavenencias familiares, enferma y depresiva”.
Sin entender lo que estaba mal, Tatiana cuenta que solo logró tener paz cuando decidió hacer algo diferente: pasar fin de año en la presencia de Dios. “Hace 17 años que paso fin de año en la Universal y no renuncio a ese compromiso contraído con Dios. Paso todos los años con paz y alegría, segura de que al hacer esto le estoy diciendo a Dios que Él es el primero en mi vida”, afirma.
Hace más de 20 años, la analista de Recursos Humanos, Solange Domingues, de 42 años, comienza el año en el mismo lugar, y afirma que siempre recibe un mensaje de fe diferente. “Renuncio a cualquier evento para que los primeros minutos de un año nuevo sean de Dios. Eso hace la diferencia en mi vida, porque me siento protegida.”
“Las peleas eran hasta en la cena de año nuevo”
Durante mucho tiempo, el empresario Ricardo Coutinho (foto), de 34 años, puso en práctica supersticiones con la esperanza de un año nuevo. “Hacía ofrendas con mi madre en la playa, sin embargo, las peleas eran hasta en la cena de fin de año, y al otro día, había un vacío; financiero, familiar y sentimental”, recuerda.
Cansado de la monotonía, Ricardo comenzó a frecuentar las reuniones en la Universal con la familia y decidió participar de la Gran Vigilia de Año Nuevo. “Después de comenzar el año delante de Dios todo cambió. Siempre salimos de la Vigilia fuertes para vencer todas las batallas. Aparte de la paz, que es lo principal, tenemos la alegría de entregar en las manos de Dios el año que está comenzando”, afirma.
¿Usted quiere comenzar el año diferente?
Haga algo diferente también. Para el obispo Edir Macedo, comenzar el año en la Presencia de Dios es la clave para el éxito en todos los aspectos. “Hace 52 años, termino el año viejo y comienzo el nuevo año con Dios. Antes, paseaba, festejaba con familiares, pero desde que el Espíritu Santo me convenció de las tinieblas que había en mí y nací de nuevo, yo no quise otra cosa; más que terminar y comenzar el año en la Presencia de mi Señor”.
Participe usted también de la última Santa Cena del año en la Gran Vigilia de Año Nuevo, que se realizará el 31, a las 22:30h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su domicilio.
“Reúna a sus conocidos, parientes, familiares, en vez de ir a lugares donde hay bebidas, violencia, drogas y canciones que no tienen nada que ver con la fe cristiana, vaya a la casa de Dios. Si usted lo honra Él también lo honrará”, invita el obispo.
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