Las personas suelen pensar que si sucediera determinada cosa, su vida cambiaría. Muchos se casan, juegan a la lotería, estudian, se mudan a otra ciudad, roban e incluso matan con el objetivo de poseer a cierta persona, objeto o condición que creen que tiene el poder de cambiar su vida.
Pero, ¿cómo podrán cambiar su vida si lo que controla sus actitudes y dirige sus elecciones no es cambiado? ¿Cómo podrán disfrutar de lo nuevo si la manera de lidiar con lo que reciben permanece vieja?
El secreto para cambiar de vida es cambiar de mente. Si usted quiere tener una nueva vida, necesita absorber nuevos pensamientos. Solo así estará apto para tomar nuevas actitudes. Y, consecuentemente, tendrá nuevas oportunidades y nuevos resultados.
Fue lo que hizo Gedeón. Primero él cambió de pensamiento, pensó en tener más en lugar de contentarse, después, cambió de actitud, fue a sacudir el trigo en el lagar en vez de quedarse en la caverna. Inmediatamente, tuvo una nueva oportunidad, la de sacrificar para Dios. Y, por fin, obtuvo nuevos resultados, liberó a Israel de la opresión de los madianitas y se volvió riquísimo.
Todo lo que sucede en el ambiente, primero sucedió en la mente de alguien. Nada puede ser realizado o concretado si antes no fue asimilado y procesado por la razón. Por eso, si usted quiere que algo suceda en su exterior, primero debe suceder en su interior. Si usted quiere cambiar lo que está afuera, es necesario cambiar lo que está adentro. Caso contrario, el cambio nunca ocurrirá en realidad.
Si usted quiere algo nuevo, pero no está viendo que eso suceda, vea si sus pensamientos permanecen antiguos dentro de usted. Tal vez usted cargue un pensamiento antiguo acerca del sacrificio, que usted ya sacrificó en el pasado, acerca de su propia vida, que ya cambió mucho, e incluso acerca de Dios, que Él hizo esto o aquello en otros tiempos.
Actualice su mente como Gedeón cuando dijo: “[…]¿Y dónde están todas Sus maravillas, que nuestros padres nos han contado […]Y ahora el Señor nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.” (Jueces 6:13).
O sea, él no se satisfizo con lo antiguo, con lo que Dios había hecho en el pasado. Él quería resultados actuales, nuevos para contar.
Cambie sus antiguos pensamientos por nuevos, para cambiar su vida antigua por una nueva. Cambie el “yo ya hice eso” por “yo voy a hacer aquello”; o el “eso ya sucedió” por “aquello va a suceder”; e incluso el “yo fui eso” por “yo seré aquello”. Para cambiar de vida, usted necesita hacer eso.
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