En la sinagoga, Jesús encontró a un hombre con la mano seca y lo llamó al centro de los que estaban allí. Sabiendo que alrededor estaban los fariseos y los herodianos, preguntó en voz alta:
“¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla?”
Él sabía que los fariseos seguían ciegamente la Ley dada a Moisés, por tradición religiosa, y no por servidumbre a Dios. Por lo tanto, no aceptaban que ningún trabajo se realice los sábados, el día de descanso. Por otro lado, los herodianos estaban en comunión con los fariseos y buscaban razones para castigar a Jesús políticamente.
Ambos grupos se negaron a responder la pregunta de Jesús. Él indignado por la dureza de sus corazones, curó al hombre ese día. Los fariseos y herodianos salieron de la sinagoga conspirando la manera de destruir a Jesús (Marcos 3:1-6).
Moisés y Jesús
La ley dada al pueblo de Israel recomienda: “Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado.” Y explica el motivo: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el SEÑOR tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.” Deuteronomio 5:12-15
Hasta ese momento, ese era el mayor acto de amor que Dios había realizado por Su pueblo. El Señor libró a Israel de la esclavitud y, por eso, le pidió al hombre que no se olvide de aquella actitud.
Sin embargo, Jesús vino a la Tierra para hacer mucho más. Él trajo la Salvación Eterna. Es justo, pues, que el hombre guarde Sus enseñanzas por encima de cualquier otra. “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” Juan 1:17
Eso está registrado en la Biblia, en Romanos 6.14: “ Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la Gracia.”
Desde que el Señor Se entregó en la cruz para salvarnos, a Él es a quien le debemos obediencia, no a las tradiciones religiosas, como los fariseos hacían.
¿Por qué Jesús curó un sábado?
Jesús siempre respetó las enseñanzas de Moisés y de los profetas que vinieron antes de Él. Sin embargo, Se manifestaba contra el hecho de seguir las tradiciones religiosas que no tenían en cuenta la voluntad del Padre.
Dejar de salvar a alguien para guardar un día va en contra del primero de todos los mandamientos, amar a Dios sobre todas las cosas, y también contra el segundo, que es amar al prójimo como a uno mismo (Marcos 12:29-31). Por lo tanto, no tiene sentido.
Sobre este tema, el Señor dejó un mensaje: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.” (Marcos 2:27-28)
Sin embargo, eso no significa que debemos abandonar el día del Señor. Al contrario, es importante santificarlo todos los días. Y lo más importante es reservar por lo menos un día a la semana exclusivamente para Él, ya sea el día sábado o domingo.
El Ayuno de Daniel es la oportunidad perfecta para reservar 21 días solamente al Señor. Lea, estudie y comparta la Palabra de Dios.[related_posts limit=”17″]