Muchas personas, un día, conocieron la fe en Dios y llegaron a probar los beneficios de la misma a través de sanidades, milagros, prosperidad, etc. Pero, hoy, están lejos de Su presencia.
Se dejaron llevar por un sentimiento, dejaron de practicar las enseñanzas descritas en las Escrituras Sagradas. Quizás, fueron impulsadas por un circunstancia y no supieron lidiar con las dificultades que aparecieron en sus caminos. Otras fueron engañadas por una situación y tentadas a hacer lo que no está de acuerdo con la Palabra de Dios.
Por dejar de tener una relación con el Creador, la vida de esa persona ya no es la misma. Cuando ella estaba en comunión con Dios, Él era su guía para que supere los problemas. Apartada de Él, ¿quién estará al frente de la batalla para hacerla vencer todas las dificultades?
El obispo Domingos Siqueira dijo que muchos se apartan de Dios y pasan por situaciones difíciles. Eso sucede porque toman actitudes por medio de una fe emotiva, que no exige de la persona renuncia ni sacrificio.
Tenemos que probar nuestra fe para ver si es una fe verdadera o si es emotiva. La prueba con Dios es para afilar nuestra fe. Al igual que un hacha que, cuando está afilada, corta con más facilidad, pero cuando no está afilada, exige más esfuerzo y da menos resultados.
Para él, la persona que no expresa la fe en el día a día se aleja fácilmente de la presencia de Dios, porque empieza a tener acciones que Lo desagradan. “Usted naufraga en la fe porque dejó de tener una buena conciencia. Cuando no estamos en la fe, aceptamos la palabra negativa, una idea maligna y, como consecuencia, viene la caída.”
Lejos del Espíritu
Cuando hablamos de las personas apartadas de la presencia de Dios, de inmediato viene a nuestra mente aquellas que un día frecuentaron asiduamente la Universal y salieron por alguna razón. Sin embargo, hay otras que están dentro de la Universal, pero, en su interior, están lejos de Dios.
Participan de actividades, oyen la Palabra de Dios y, muchas veces, hasta hacen sus oraciones. Pero perdieron la visión espiritual, están frías, desanimadas y dejaron de renunciar a los placeres que les ofrece el mundo. Poniendo en riesgo su Salvación.
El alejamiento de Dios comienza cuando la persona presenta síntomas de que ya no vive una relación con Él: deja de meditar en la Biblia, no se involucra más con la Obra de Dios, no ayuna y pone otras áreas de su vida antes que Él.
Fue lo que le sucedió a Fabiana Marinho Macedo, de 37 años. (Foto de al lado) Cuando era joven, ella manifestaba su fe, oraba, ayunaba y siempre era activa en las actividades de la Universal. Pero, cuando comenzó a darle prioridad a su vida sentimental, se distanció de Dios.
A los 20 años, dejó de cuidar su vida espiritual y comenzó a concentrarse en los planes que tenía de casarse. “Me había reconciliado con mi novio y empecé a preocuparme más por él que por las cosas de Dios”, dice.
Fabiana quedó embarazada y, se alejó más todavía. Cuando su hija nació, se fue a vivir con el novio y, para no dejarlo solo, comenzó a frecuentar lugares que antes no frecuentaba. “De a poco, fui dejando de ir a la Universal. A veces, iba a bares y fiestas con él en horarios que debería estar en la Universal”, recuerda.
Cuando se dio cuenta, ya no tenía ninguna relación con Dios. Su vida espiritual estaba destruida.
Aparte de eso, comenzó a beber, sufría de celos, insomnio y vivía una relación conflictiva. “Nos peleábamos siempre y hablábamos de separación.”
Después de una de las peleas que tuvo con su esposo, Fabiana se dio cuenta que tenía que volver a Dios. “Vi en la televisión un mensaje del obispo Clodomir Santos y decidí volver a la Universal ese mismo día, para tener nuevamente una comunión con Dios.”
Un domingo del año 2011 ella se dio cuenta que nunca tendría que haber salido de la presencia de Él. “Tuve un encuentro con Dios y vi que realmente estaba diferente. Sentí asco de las cosas que hacía. Hoy estoy renovada y todo el sufrimiento se fue”, concluyó.
Hay tiempo para volver
La manutención de la relación con Dios depende de una rigurosa vigilancia espiritual. Si está vigilante, usted está más cerca de Él y de Sus bendiciones, y garantiza su Salvación en el Reino de Dios, con su nombre escrito en el Libro de la Vida.
Hay una pasaje bíblico que dice que los apartados de Dios dejan de tener el nombre en el Libro de la Vida y son escritos en el suelo: “Oh Señor, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron al Señor, manantial de aguas vivas.” (Jeremías 17:13)
Pero, al regresar a Dios, su nombre vuelve al Libro de la Vida. Por eso, si está apartado de Él, no dude de que el regreso es posible. Regrese a la casa del Padre, porque fuera de ella usted no encontrará fuerzas para superar los problemas.
No sienta vergüenza y tampoco se preocupe con lo que pensarán las personas. Cuando busque el Espíritu Santo, Él lo renovará para que tenga un nuevo comienzo y usted será libre de todo el sufrimiento.
Los domingos, en todas las Universal, obispos, pastores y obreros claman para que todos los presentes tengan un encuentro con Dios. Si usted ha llorado sin que las personas lo sepan, si usted está cautivo por algún problema, no deje de participar este día especial. Vea aquí la dirección de la Universal más cercana a su casa.
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