Andrea López: “De estar en la miseria, padeciendo hemorragias, con problemas matrimoniales y mi hija enferma pasé a tener una vida completamente diferente.
Perseveré en las reuniones de la Universal, desde el primer día fue como si una mochila saliera de mi espalda, entonces, fui llevando a mis hijos porque tenía paz, estaba alegre y más tranquila. Le pedí a Dios por mi marido, porque estábamos separados, y un día lo vi en la iglesia, él regresó al hogar porque me vio diferente.
De ahí en más comenzamos a luchar juntos. Yo fui curada de las hemorragias, mi hija fue curada de una enfermedad que los médicos no le encontraban la causa. Mi esposo, de ser empleado pasó a trabajar de manera independiente y cuenta con varios empleados. Compramos nuestra casa propia y disfrutamos de la alegría y la paz que hay en mi hogar.
En la última Hoguera Santa sacrificamos y la respuesta del Altar fue la compra de un auto 0 km, siempre deseábamos una vida en abundancia y hoy la podemos disfrutar”.
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