Luego de analizar detenidamente su situación, anímese a correr riesgos, modifique lo que ha estado haciendo este último tiempo. De no ser así, el acomodamiento que se da en cualquier actividad que ejecutamos por períodos largos o incluso cortos nos dominará por completo.
Desafortunadamente, cuando iniciamos un negocio que durará por un tiempo indefinido no solemos tener en cuenta que debemos innovar, animarnos a generar nuevas estrategias y en un breve lapso de tiempo es muy probable que estemos muy acomodados. Quizás ni siquiera tengamos condiciones de arriesgar, por eso, no permita que el tiempo siga pasando sin reaccionar.
Lo mismo sucede cuando somos empleados, nos acomodamos en un trabajo, estamos tan contentos que no nos arriesgamos a abandonarlo ni siquiera si nos ofrecen mejores ingresos en otro lugar. Es probable que sintamos miedo a fracasar y prefiramos quedarnos con el mismo empleo, donde hay dinero seguro a cambio de nuestra fuerza de trabajo. En ocasiones, cuando un empleado no está totalmente satisfecho con su empleo, el miedo es más grande que su insatisfacción y se acomoda.
El cambio constante debe ser una tarea permanente, entonces cambiemos metodologías de trabajo y costumbres arraigadas en los negocios, pues solo de esta forma iremos aprendiendo y conociendo otros mundos necesarios para no quedarnos en el camino.
El secreto del éxito del Congreso para el Progreso
Ariel: “Hacía un año que me encontraba desempleado, vivía de prestado y con deudas. Teniendo un título profesional no podía conseguir empleo. Un familiar me invitó y empecé a hacer desafíos con Dios, así conseguí un trabajo que me permitió cancelar deudas. Perseveré y me pude casar, conquisté mi departamento y mi auto”.
Alejandro: “Cuando llegué a la Universal hacía 15 años que estaba delinquiendo, tenía muchas deudas y problemas familiares. En el Congreso para el Progreso aprendí a hacer propósitos de fe. Hoy tengo mi casa, un negocio y un auto importado. No fue fácil, pero cuando empecé a hacer las cosas bien con Dios, prosperé”.
Valeria: “Estaba en la miseria total, con mi marido íbamos casa por casa a vender, yo estaba embarazada y lo que vendíamos era para el día. Sentía mucho odio y rencor, tomaba y fumaba.
Perseveré y Dios nos abrió las puertas, nos dio visión. Hoy trabajamos por cuenta propia, compramos la casa y vehículos para movilizarnos”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
[related_posts limit=”17″]