Parece una exageración, pero es en serio: por menor que sea una construcción de cualquier tipo en Israel, la oportunidad de encontrar un artefacto o estructura de los tiempos bíblicos al cavar la tierra es muy grande.
Cuando eso sucede, entra en acción la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, la sigla en inglés), que va al lugar con sus especialistas y paraliza las obras si es necesario, para ver si no habrá daños a lo que fue descubierto. En algunos casos, la construcción puede ser cancelada o transferida de terreno.
El más reciente encontrado fue un acueducto que funcionaba en los tiempos en el que el Señor Jesús caminaba entre los hombres, en el área llamada Umm Tuba, en Jerusalén. La estructura fue encontrada durante las obras para un nuevo sistema de cloacas.
Los arqueólogos de la IAA condujeron la excavación y siguieron el curso del acueducto, descubriendo que el mismo llevaba a Jerusalén aguas obtenidas en nacientes de Belén, aproximadamente 21 kilómetros. Los especialistas de la institución descubrieron que el sistema fue utilizado hasta casi 1 siglo atrás, cuando fue dejado de lado por causa de otros acueductos en que el agua era conducida por bombas eléctricas.
Los científicos también descubrieron que el acueducto estuvo a cielo abierto, como un rio, por casi 500 años, cuando fue canalizado con tubos de cerámica, con el fin de proteger el agua.
La IAA recubrió buena parte del acueducto para su preservación, pero está trabajando para dejar algunos trechos abiertos para estudiarlos y dejarlos disponibles para la visita pública.
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