Para tener un cuerpo sano y una salud perfecta es necesaria una alimentación buena y variada. Vitaminas, minerales, proteínas y aminoácidos esenciales son algunos de los nutrientes que se deben ingerir a diario para que el organismo funcione correctamente. Cuando hay una carencia de alguno de ellos, tarde o temprano empiezan a verse las consecuencias en la salud.
Si una persona está anémica, por ejemplo, suele ser debido a la falta de ingesta de hierro y se soluciona con un suplemento o con una dieta especial. Un bajo consumo de calcio y vitamina D en la tercera edad puede provocar osteoporosis, sobre todo en las mujeres. Un déficit en el consumo de yodo suele ocasionar problemas en la glándula tiroides, la encargada de regular el metabolismo, entre otras tareas. La falta de vitamina C provoca escorbuto cuyos síntomas incluyen fatiga, malestar, inflamación de encías, desprendimiento de dientes, dolor en las articulaciones y mala cicatrización.
Sin embargo, hay otros alimentos que pocos consumen y son infinitamente más importantes y necesarios para la vida, tanto en este mundo como en la eternidad, los alimentos espirituales.
En su blog, el obispo Macedo enseña cuáles son esos alimentos que el ser humano necesita para crecer saludable espiritualmente, basándose en este versículo bíblico: “Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe Su obra.”, (Juan 4:31-34).
“Observe la calidad del alimento del Señor Jesús. En primer lugar, Él se alimentaba de hacer la voluntad ‘de Aquel que Lo envió’. Esa es la base que hace que una persona soporte el peso de las luchas, tribulaciones, persecuciones y calumnias que pasará, inclusive cuando estuviere haciendo la obra de Dios.
Hacer la voluntad de Dios es nada más que sacrificar su voluntad, obedeciendo la Palabra en las cosas más básicas de su día a día.
La relación con Dios incluye ayunos, meditación diaria en la Biblia y oración en todo momento, a veces hasta sin palabras, sino en pensamientos, siempre buscando saber cuál es ‘la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios’ para su vida. Además de una vigilancia constante de lo que se habla, oye, ve, piensa y siente.
Este es el alimento más nutritivo que un ser humano puede tener para crecer espiritualmente saludable.
En segundo lugar, el Señor Jesús se alimentaba de ‘realizar las obras del Padre’. Él manifestaba la fe con fuerza total, curando, liberando y anunciando las buenas nuevas del Reino de los Cielos.
Del mismo modo que, si no alimentamos nuestro cuerpo quedamos sujetos a todo tipo de enfermedades, es así también con nuestro espíritu, sin el alimento necesario él estará sujeto a los demonios. ¿Cuál ha sido su alimento diario?”.
Este Ayuno de Daniel es la oportunidad que Dios le está dando para alimentarse. Si usted reconoce que está “desnutrido” en su aspecto espiritual, que no se ha alimentado como debiera, o simplemente desea reforzar su alimentación espiritual, súmese a este propósito de 21 días, en el que las personas renuncian a la información y al entretenimiento, que, de cierta forma, interfiere en la vida espiritual, para acercarse más a los pensamientos de Dios.
El Ayuno empieza este domingo 5 y se extiende hasta el 26 de junio.
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