“Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo. Y vosotros decís: “¿En qué te hemos deshonrado?” En que decís: “La mesa del Señor es despreciable.” Malaquías 1.7
La ofrenda sin sacrificio, sólo por obligación o para que otros lo vean, no es aceptada por Dios. Él lo llama de “pan inmundo”, por no haber temor y respeto a su Palabra y Su Presencia.