El ciclo menstrual normal de la mujer tiene una duración de entre 21 y 35 días. La fase hemorrágica de este ciclo dura entre 2 y 7 días, con un sangrado de entre 30 y hasta 80 ml. Cualquier alteración de estos tres parámetros es considerada un sangrado uterino anormal.
La hemorragia uterina disfuncional es un tipo de sangrado anormal, que se da en mujeres mayores de 45 años y con frecuencia aparece en mujeres adolescentes. Entre sus causas se encuentran lesiones benignas, como los pólipos endometriales, los fibromas o miomas uterinos y la adenomiosis. También puede ser la manifestación de un cáncer de endometrio. En otras ocasiones puede deberse a lesiones a nivel del cérvix o de la vagina, ya sean benignas o cancerosas, infecciones crónicas del endometrio (endometritis) o al uso de dispositivos intrauterinos (DIU).
Otras causas pueden ser el uso de medicaciones que afectan a la producción normal de estrógenos y progesterona; enfermedades médicas crónicas, tales como la diabetes sacarina, enfermedades del hígado, riñón, glándula tiroidea o glándulas suprarrenales y problemas con la coagulación de la sangre. También el estrés físico o emocional puede inducir la aparición de hemorragia uterina anormal.
El tratamiento suele ser individualizado debido a la gran cantidad de causas que provocan este cuadro. También se tiene en cuenta la edad de la paciente y sus planes de maternidad.
“Hice un tratamiento espiritual y fui sanada”
Silvia Zárate comenzó a sufrir hemorragias en la adolescencia, el médico le daba óvulos, hacía el tratamiento pero no había solución. Le decían que quizás con el tiempo cesarían, pero pasaron seis años y ella seguía en la misma situación. “Eran 21 días de hemorragia, después de tener a mi hijo, parecía haberse normalizado mi ciclo, pero a esa altura mi matrimonio estaba frío, éramos como dos extraños. Además tenía constantemente dolores de cabeza y me deprimía con facilidad. Incluso varias veces pensé en suicidarme porque tenía muchos problemas”, relata ella.
Un día ella estaba a oscuras, tirada en la cama, sin ganas de salir y en ese momento ella dijo que si había un Dios, que la ayudara, porque así ya no quería estar más. “Así fue como me vino a la mente la Universal porque cuando pasaba con el colectivo la miraba, pero nunca me había acercado. Fui, empecé a participar de las reuniones y fue como que una mochila saliera de mi espalda. Necesitaba ayuda en todas las áreas, entonces perseveré en las reuniones y pasé por el Camino de la Sal hasta que fui completamente sanada. El pensamiento de muerte desapareció y comencé a disfrutar de la familia que había formado”, afirma sonriendo.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
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