Sabemos que Abraham fue llamado amigo de Dios. Santiago 2:23. Pero existe un detalle en este versículo que no solemos observar: la Biblia no menciona que Dios era amigo de Abraham – aunque Él lo fuera -, sino que Abraham era amigo de Dios. Y no fue por casualidad.
Para comenzar una relación de amistad es necesario que ambas partes estén dispuestas a eso. Pero no es lo que ha sucedido entre la mayoría de las personas y Dios. Todo lo que Dios hizo y hace en relación a la humanidad muestra cuán dispuesto está a ser Amigo de cada uno de nosotros, pero los seres humanos no se muestran tan dispuestos a ser amigos de Dios.
Cuando analizamos las características de un amigo, entendemos por qué la mayoría de las personas no logra construir una relación de amistad con el Altísimo, y el motivo por el cual Abraham fue llamado amigo de Dios.
– Consideración: lo que hemos visto son personas que viven como si Dios no existiera, sin considerar lo que Él dice. Pero Abraham consideraba las palabras, las orientaciones y los consejos de Dios, o sea, actuaba de acuerdo a ellos;
– Respeto: se le falta el respeto a Dios cuando Su Autoridad y Soberanía no son reconocidas, y es justamente esto lo que observamos en el comportamiento de muchos. Pero Abraham temía a Dios, por eso, obedecía y se sometía a Él;
– Lealtad: es una cuestión de moral. Pero lo que ha reinado en el corazón y en la mente de las personas es la inmoralidad. La falta de carácter se volvió algo común, y no existe más la preocupación por andar rectamente. Pero Abraham cumplía lo que Le prometía a Dios, honraba la palabra empeñada para con Él;
– Disposición para ayudar: las personas están preocupadas por sus propios problemas, por su propia vida. El egoísmo ha imperado, y, si ya no se muestran dispuestas a ayudar a quienes ven, ¿cómo contribuirán a algo que no ven? Pero Abraham tenía tanta disposición para cooperar con el Plan de Dios que sacrificó día tras día a favor de Él;
– Comunicación: la comunicación con Dios se vuelve imposible cuando se tiene una mente enfocada en las cosas terrenas, y es justamente este tipo de mente el que la mayoría tiene. Pero la mente de Abraham estaba dirigida a las cosas eternas. Por eso, Dios hablaba con él, y él oía Su Voz;
– Cosas en común: el mundo ama y promueve ideas contrarias a los preceptos de Dios. El propio espíritu de las personas es malo. Pero el espíritu de Abraham tenía conceptos y valores en común con el Espíritu de Dios. Dios ya observaba el comportamiento y la índole de Abraham, que eran distintos a los de las demás personas de aquella época. Por eso, lo llamó;
– Confianza: la mayoría de las personas manifiesta una fe débil y emotiva, que se quebranta delante de la primera situación contraria. Por eso, enseguida comienzan a cuestionar, dudan y abandonan a Dios. Pero Abraham confiaba tanto en Dios que creyó que Su promesa se cumpliría aunque sacrificara a su único hijo en el Altar.
Muchas personas esperan la amistad de Dios, pero ellas mismas no hacen lo necesario para ser amigas de Dios. Desean cosechar los beneficios de los favores de Dios, pero no están dispuestas a ser favorables para con Él y para con Sus Planes. Dios Se dispone a ser Amigo de todos, pero pocos se disponen a ser amigos de Dios.
Abraham no operó ningún milagro, pero él era el propio milagro – porque oyó TODA Palabra del Altísimo. ¡Por eso, se convirtió en un referente!
¿Quiere ser amigo de Dios? Mirad a Abraham. Isaías 51:2