No sé si usted ya se desmayó alguna vez o se sintió sin fuerzas. Yo sí. No fueron buenas experiencias. Usted está físicamente débil, pierde la visión, cae al piso… parece que va a morir. ¿Por qué? Porque la fuerza salió de usted.
Así como la energía física y los músculos son para el cuerpo, la fuerza es para el amor. La fuerza sustenta el amor, pues este no vive solo de buenos momentos. Para que el amor prevalezca, tiene que ser fuerte para vencer los malos momentos también. Si no es fuerte, no va a resistir. El amor necesita fuerzas para estar de pié.
Ese es el amor verdadero, no esas imitaciones baratas que existen por ahí. El amor falso no tiene fuerzas, no soporta el momento de crisis. Desiste, huye a los brazos de otro(a), se desespera.
Muchas personas han vivido un amor débil, por eso no logran resolver los problemas dentro de la relación ni protegerse de los de afuera.
Un marido recientemente nos contaba cómo traicionó a su esposa después de que sus negocios fracasaron. Él no fue fuerte para resistir a los problemas emocionales consecuencia de su fracaso económico. En esta debilidad, buscando autoafirmación, se involucró con otra mujer a la que también embarazó… La esposa, por su lado, casi murió de odio y dolor cuando lo descubrió. Cargó un rencor mortal durante casi tres años – hasta que reunió fuerzas para perdonarlo y juntos restauraron su matrimonio.
El amor no vive solo de días buenos. Algunos días usted va a mirar a su conyugue y va a sentir ganas de cantarle una linda canción de amor y recitarle poesías. Otros días usted va a sentir ganas de llorar, de tirarle lo primero que tiene delante – y declarar el divorcio… El amor solo de días buenos no existe.
Por eso el amor tiene que ser fuerte, para los días malos; para que en ese momento usted no diga todo lo que tiene en la cabeza; para hacer las cosas correctas en vez de entrar en pánico o depresión.
La buena noticia es que la fuerza se desarrolla. Así como su cuerpo puede estar más fuerte y saludable con la debida alimentación y ejercicios, su amor también puede fortalecerse.
Esta será nuestra meta este mes de enero en la Terapia del Amor: ayudar a casados y solteros a desarrollar la fuerza en el amor.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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