“Ampárame conforme a tu promesa, para que viva, y no dejes que me avergüence de mi esperanza. Sostenme, para estar seguro, y que continuamente preste atención a tus estatutos”. (salmo 119.116-117)
Cuando nos entregamos en el Altar, la Palabra de Dios nos ampara y nos sostiene durante toda nuestra vida, pues Dios es fiel a Sus Promesas.
Más mensajes en fonteajorrar.com/es