“¡Oh, si hubiera entre vosotros quien cerrara las puertas para que no encendierais mi altar en vano! No me complazco en vosotros —dice el Señor de los Ejércitos— ni de vuestra mano aceptaré ofrenda” Malaquías 1:10
El que realmente conoce el amor no acepta ser tratado injustamente. Si alguno dice que ama pero desprecia, maltrata, traiciona… este “amor” es diabólico, no es de Dios. Un “vete de aquí” a veces hace parte del proceso de autovaloración.
Si es necesario, ¡cierre las puertas, o váyase!.