“¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14)
Por alguna razón, somos entrenados para ver dificultades en todo. El mundo dirige nuestra mirada hacia lo negativo, lo complicado, lo problemático. No por casualidad, los que se destacan en este mundo son los que consiguen ver las posibilidades donde todos solo ven imposibilidades.
Las revistas quieren oír ideas, reportajes y más reportajes muestran el pensamiento admirable del hombre que creyó en lo imposible y fue hacia adelante cuando todos le dijeron que no lo iba a lograr. Divulgan eso como si fuera una novedad.
Como si fuera algo extraordinario. Mientras que, de Génesis a Apocalipsis, es eso lo que Dios viene intentando enseñar, hace millares de años.
Si para el hombre que se esfuerza y cree en sí mismo nada parece imposible, visto que alcanza el objetivo que se determina a alcanzar, imagínese para el hombre que cree en sí mismo y cree en un Dios que puede todas las cosas. Y cree que Dios está con él, dispuesto a ayudarlo a vencer. ¿Qué puede ser imposible?
¿Existe algo demasiado difícil para el Dios Todopoderoso? ¡Claro que no! ¿Hay algo demasiado difícil para aquel que Lo tiene a su lado? ¡De ninguna manera!
Creer en Dios y creer en sí mismo es la receta para eliminar todas las imposibilidades.
Si alguien tiene que lograrlo, ¿por qué no puede ser usted? «Porque nada hay imposible para Dios» (Lucas 1:37).
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Crea en Dios y crea en usted mismo. Usted ya tiene Su promesa, elija creer en las posibilidades, no en las imposibilidades.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo
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