El contacto entre la empresa y el cliente se lo llama relación. Buenas empresas hacen de todo para mejorar la relación con su cliente. Las detestaríamos si ellas reaccionaran de manera emocional e impulsiva como nosotros lo hacemos en nuestras relaciones. Entonces, ¿por qué actuamos así? ¿Por qué no tomar prestadas algunas buenas estrategias de las empresas para mejorar nuestras relaciones personales, y dejar de darse la cabeza contra la pared por ahí con las personas que amamos?
Además, uno de los puntos clave del libro Matrimonio Blindado es enseñar a tratar al matrimonio como a una empresa. No removiendo sentimientos, sino utilizando herramientas inteligentes para alcanzar el resultado que la pareja quiere; y, si eso es válido en una relación conyugal, ciertamente funciona en todo tipo de relación.
Estudios demostraron que nuestra reacción al medio ambiente depende de nuestro estado emocional. Nuestro humor afecta la impresión que tenemos de los productos y de los servicios. Cuando estamos de buen humor, evaluamos mejor un producto y le prestamos más atención a un anuncio publicitario. Y el ambiente del comercio es capaz de interferir positiva y negativamente en el humor del consumidor. En las tiendas que tienen una buena planificación de marketing, todo está muy bien pensado para favorecer el consumo. Desde la elección de los colores, la iluminación, la disposición de los elementos en el ambiente, hasta la atención al cliente de los vendedores, todo está hecho para alcanzar el objetivo: vender. ¿Ya ha pensado en cómo sería su vida si usted comenzara a pensar en sus decisiones, acciones y reacciones para, por ejemplo, crear un ambiente agradable en su casa para su familia?
Reducir las quejas que hace es una actitud estratégica para crear el ambiente que usted quiere. Quien se queja menos, hace más. En el primer capítulo del libro 50 Tonos para el Éxito, hay una información que, al menos, es preocupante. Una investigación demostró que la persona expuesta a 30 minutos diarios de quejas termina sufriendo daños en el cerebro, las neuronas se “descascaran” precisamente en el área responsable de resolver problemas. ¡Es en serio! Por lo tanto, su primera actitud estratégica de marketing debería ser dejar de descascarar las neuronas de las personas que se encuentran a su alrededor (y las suyas también).
Para armar un buen plan de marketing, es importante que sepa lo que quiere, porque si mantiene su enfoque en el objetivo, no se desviará. ¿Cuál es su objetivo? ¿Vivir en paz? ¿Ser feliz? ¿Quién quiere ser? Si basa sus actitudes y sus reacciones en el objetivo que quiere alcanzar, tanto en casa como en el trabajo y en la iglesia, comenzará a ver resultados. Usted es el responsable de la estrategia de marketing de su vida.
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