Miles de mujeres de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay participaron de “Raíces”, una reunión especial realizada en Buenos Aires por la Sra. Lucelaine Araujo, en la que aprendieron a identificar la raíz de su problema y a tomar las actitudes necesarias para solucionarlo, arrancándolo desde la base.
La Sra. Lucelaine explicó: “Las actitudes de las mujeres se convierten en cicatrices en la vida de muchos hombres. Cuando una mujer no es una bendición, es una maldición, no hay término medio. ¿Por qué? Porque hay raíces en su interior, hay cosas que solamente ella sabe, que son perjudiciales, como rencor, tristeza, miedo… Si éstas raíces no son arrancadas, pueden ocasionar muchos problemas que duran toda la vida.
Estar en la iglesia es lo más sencillo, pero vivir con Dios es lo que más cuesta. Cuando queremos vivir con Él, lo primero que debemos hacer es Su voluntad”.
A continuación, todas escucharon el testimonio de dos mujeres de Dios, que pasaron por diversos problemas, como abuso, que dejaron profundas marcas en su vida, como miedo e inseguridad.
Para superar esas marcas, ellas tuvieron que hablar, que buscar ayuda en el Señor Jesucristo, que es el Único que pudo ayudarlas. “Esos recuerdos hacen mal, tanto a usted como a las personas que la rodean, por eso debe luchar para sacar eso de su interior, por más incómodo que sea”, dijo la Sra. Lucelaine.
Finalmente, hicieron una oración para reprender todos los males que estaban enraizados en las mujeres e impedían la liberación y la felicidad.
Por último, la Sra. Lucelaine invitó a todas a entregarse a Dios, para que recibieran fuerzas para vencer.