Hace pocos días, fue noticia que un joven murió a bordo de un avión tras sufrir un ataque de pánico que lo llevó a morder al pasajero de al lado que había intentado ayudarlo. Por otro lado, son constantes las apariciones de personajes de la farándula local que afirman sufrir ataques de pánico y por eso ven afectados sus contratos y presentaciones ante el público.
Lo que pocos saben es a qué se le llama “ataque de pánico” y por qué se nombra tanto a este problema de salud mental.
Las características iniciales del ataque de pánico son las siguientes: “A nivel corporal, el corazón se acelera, las manos transpiran, todo se ve ligeramente más brillante porque se dilatan las pupilas. Básicamente, los síntomas corporales son los de cualquier mamífero en alerta máxima”, explicó a Infobae la periodista e investigadora Ana Prieto.
Por lo general, apuntan los expertos, sucede en personas que son nerviosas o que tienen alto rasgo de ansiedad y se presenta mediante episodios que comienzan repentinamente y con síntomas que duran no más de veinte minutos. Es más, los momentos de tensión suelen repetirse varias veces por día. Durante estas crisis, la reacción física es similar a la que se desarrolla ante un peligro real, con la diferencia de que en este caso es desencadenada en ausencia de una amenaza concreta.
“Con la sola aparición de un ataque de pánico es suficiente para que aparezca un miedo intenso a volver a tenerlo -apunta al diario El Día, la psicóloga Julia Vidal Fernández-. Va más allá de la razón; por mucho que te digan que no te va a suceder nada, que este problema lo tienen muchas personas, que es un mal de nuestro tiempo fruto del estrés, no podemos dejar de estar aterrados. Es incapacitante y puede terminar afectando negativamente a todas las áreas de tu vida: el trabajo, la familia, los amigos, la pareja”.
Cuando aparece, hay taquicardia (o elevación de la frecuencia cardiaca), temblores o sacudidas, sudoración en manos y pies, sensación de calor o frío repentinos, hormigueo o adormecimiento de extremidades inferiores y superiores, temor a perder el control, inestabilidad, mareos y desmayos. “El miedo a la ansiedad, o lo que muchos llaman ‘el miedo al miedo’, hace que el problema se mantenga a largo plazo”, asegura Vidal Fernández. Otro síntoma frecuente en estos ataques es la sensación de atragantarse, opresión o malestar torácico, ardor en el pecho, sensación de irrealidad o despersonalización, malestar estomacal y náuseas. “El ataque de pánico es el fin del mundo que cabe en diez minutos, un cataclismo que se ensaña con el cuerpo y con cualquier vislumbre de sosiego que pudiera haber en el alma. Que lo deja a uno en un estado permanente de miedo al miedo”, define Ana Prieto, autora de Pánico, diez minutos con la muerte. Según ella, “si viviéramos una relación más natural con la muerte, durante un ataque de pánico no pensaríamos que nos morimos. Vamos derecho a eso y nos aterra mucho. Por eso una de las maneras de que se vayan los síntomas es convencerte de que no matan”.
¿Quiénes lo sufren?
Para García Bardot, del Instituto Sincronía, “existe en general una personalidad previa al pánico. Tienden a ser personas muy responsables, exigentes, que tratan de resolver todo por su propia cuenta, de manera rápida y eficaz. En general, es una persona con un buen desempeño en casi todas las áreas de su vida”.
“Son personas despiertas e inteligentes y es común que hasta el momento del pánico no se hubiesen encontrado con limitaciones ni físicas ni emocionales que les impidieran manejarse exitosamente en casi todo”.
Según Prieto, no existen “razones comunes” que disparen un ataque: “No hay dos personas iguales, así que no hay dos motivaciones idénticas. Los episodios atraviesan a todas las clases sociales. Ahora bien, sí hay una mayor incidencia en las mujeres y suele aparecer alrededor de los 25 años”.
Ataques y trastornos
Muchas personas tienen uno o dos episodios de ataques de pánico y luego el malestar desaparece. Pero para otros puede prolongarse hasta convertirse en un trastorno. Esto trae mayores complicaciones, no solo por la asiduidad de los episodios, sino porque estos producen cambios en el comportamiento o un incremento de la ansiedad por temor a nuevos ataques, lo que genera aún más ataques, como le sucedió a Mirta Zeballos.
Ella tuvo una vida muy dura, con un padre alcohólico y un hermano que había estado preso, había mucha violencia en su casa, un episodio que vivió a los 11 años la hizo vivir angustiada, triste y confundida. También sufría con alergia, ataques de asma y una mancha que se extendía por su cuerpo.
“Tuve dos fracasos matrimoniales, me había vuelto muy agresiva, tanto que llegué a intentar matar con un cuchillo a mi hija cuando tenía quince años. La relación con mis hijos no era buena. Llegué a pesar 35 kilos, tenía una anemia muy fuerte, estaba depresiva, tenía que tomar pastillas para dormir y para estar despierta. Varias veces intenté terminar con mi vida porque no me sentía realizada en ningún aspecto. Tenía ataques de pánico por lo que fui a varios especialistas, pero no me pudieron ayudar, entonces recurrí a los curanderos.
Una persona me invitó a la Universal cuando le conté lo que me pasaba. Apenas llegué comencé a llorar, era como si todo el peso que cargué durante tanto tiempo comenzara a salir. Yo tenía dolores de cabeza, ataques de pánico, enfermedades y no podía estar sola porque sentía que alguien me miraba y escuchaba sonidos cuando no había nadie. Al regresar a casa, esa noche pude dormir, el peso que me oprimía había salido de mí. Entonces, supe que mi vida iba a cambiar.
Perseveré en las reuniones, no fue fácil, pero fui teniendo ánimo, ganas de vivir, ya no necesitaba las pastillas, estaba más tranquila, entonces comencé a estudiar enfermería. Me recibí, comencé a trabajar en un geriátrico, también me reconcilié con mis hijos porque vieron que había cambiado. Hoy puedo decir que mi vida cambió completamente”.
Mirta pudo solucionar su problema cuando comprendió que el origen de su problema era espiritual. Así, a través de la fe y la perseverancia, puede decir que los ataques de pánico son una cosa del pasado.
Si usted sufre con episodios de ataques de pánico, decídase a enfrentarlos y participe este viernes a las 20 h de una reunión en la que lo ayudaremos a liberarse de esta pesada carga y le enseñaremos cómo disfrutar de una nueva vida.
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