“Me cortaba para aliviar el dolor de mis problemas. Veía en los cortes un refugio para el dolor y el vacío que tenía, pues, mientras me cortaba, me olvidaba de todo lo que estaba pasando.
Sin embargo, en la Vigilia de los Escogidos de la Fuerza Joven Universal, reconocí que no necesito eso y que Dios me ama. Noté cuán valiosa soy para Él. ¡El cielo descendió sobre mí!”