El universo y todo lo que hay en él son frutos de la autoridad de Dios a través de Su Palabra:
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Génesis 1:3
De las más simples a las más complejas creaciones de Dios, sin duda la más destacada es el ser humano. Siendo así, Él nos hizo según lo que Él es, a imagen y semejanza. Sin embargo, esa semejanza no sería la apariencia física, sino características y rasgos de Su carácter, o sea, ¡heredamos también Su Autoridad! (Génesis 1:26)
La autoridad es una de las principales características de Dios, es la acción de Su carácter, pues lo que Él dice, sucede.
Al principio, eran solo Adán y Eva. La pareja tenía toda la autoridad y el dominio en sus manos, a fin de cuidar el Jardín del Edén y así disfrutar de todo lo que allí había, era el ambiente perfecto. El dominio estaba en sus manos y Dios Se ocupaba de que fuera así, hasta que la desobediencia desencadenó el desorden, el pecado le abrió las puertas a la debilidad humana y la autoridad le fue entregada al diablo.
Cuando Adán y Eva pecaron, entregaron en las manos del diablo la autoridad y el dominio que habían recibido del Propio Dios. La humanidad quedó entregada a las obras del mal, y el hecho de mantenerse en la práctica del pecado, o sea, en la desobediencia, mantuvo también anulada la autoridad, y el dominio fue perdido.
La única forma de rescatar la autoridad y asumir nuevamente el dominio es la obediencia a la Palabra de Dios.
Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Colosenses 2:14,15
Despojar es un término militar muy usado en los textos del Antiguo Testamento, que representa la acción de tomar los bienes y todas las posesiones del ejército enemigo después de vencerlo. Siendo así, ¿qué es lo que el diablo poseía de bienes para que fuera despojado por el Señor Jesús? La autoridad que él había robado de Adán y Eva, y se la devolvió a Sus discípulos diciendo:
Mirad, os he dado autoridad…” Lucas 10:19 LBLA
Autoridad sobre el dolor, sufrimiento, pobreza, problemas y toda y cualquier actuación del diablo y sus demonios.
Asumamos la autoridad que nos fue dada, pues la obediencia a la Palabra de Dios en la vida de los que creen es la autoridad suprema.
Colaboró: Obispo Marcello Brayner