Las exigencias diarias no dejan de incrementarse. El trabajo, la familia, los problemas que deben resolverse sobre la marcha, más los imprevistos que surgen sin que podamos hacer nada, generan que el estrés esté en niveles peligrosos. En la balanza del día a día pesan más las demandas que la capacidad resolutiva.
La información nos invade por todos los flancos, redes sociales, páginas web, papel, la mayoría mostrando la peor faceta de la sociedad. Catástrofes, inseguridad, crímenes violentos, todo nos llega y satura nuestra ya estresada mente. Estamos constantemente conectados y eso nos daña de forma sutil, pero irreversible.
El trabajo, los estudios, todo parece exigir conectividad constante. Eso se traslada a todas las áreas de la vida y nos distancia de lo que realmente importa. Las agendas se llenan de obligaciones, pero las almas no conocen la plenitud de la vida.
Tanta conexión con el mundo virtual nos hace creer que todo está en orden en nuestra vida personal. Pero basta un minuto de volver a la realidad, para notar un vacío que nos impide tener una vida plena con Dios. No nos damos cuenta de lo mal que nos hace estar alejados del Creador, tan conectados, viviendo en un mundo artificial sin sentido.
Por eso el pueblo de la Universal se unió para participar del Ayuno de Daniel. Es un momento ideal para cuidar su interior y acercarse a Dios. Un periodo en el que se podrá dejar de lado la hiperconectividad de este mundo para buscar acercarse al Señor Jesús a través de la oración y la lectura de Su palabra.
Ayuno de Daniel: desconéctese para tener una vida plena
Muchos recurren a todo tipo de terapias y prácticas para superar sus problemas. Ejercicios, talleres que evocan a la espiritualidad, cursos para aprender a conocerse mejor. Pero llega un punto en el que se vuelve imposible lidiar con la realidad. El cuerpo y la mente están al borde del colapso y a pesar de la constante búsqueda de ayuda parece imposible evitarlo.
Pero, cuando la persona recibe el Espíritu de Dios, es transformada; Él pasa a habitar en su interior y la conduce a una visión espiritual. El Obispo Edir Macedo señaló lo que genera Su presencia en nosotros: “Una de las mayores grandezas que podemos recibir es el Espíritu Santo, Él nos conduce de acuerdo a nuestras necesidades”. Y habla sobre un versículo bíblico: “Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.”, (1º Samuel 10:6).
Cuando el Espíritu Santo desciende sobre la persona, causa una inmediata y profunda transformación. Ese cambio interior involucra la manera de pensar y sentir. La visión egoísta de los ojos físicos es neutralizada por la visión espiritual, la visión de la fe”.
Los que desean recibir el Espíritu Santo, pueden participar de la última semana del Ayuno de Daniel. Serán días de meditación y de fe, un momento para evitar entretenimiento, acercarse a Dios. Superar los sentimientos negativos, para desconectarse de la vida virtual y conectarse con la espiritualidad que lo ayudará a superar lo que lo agobió toda su vida.
Hasta el 26 de agosto tiene la oportunidad de unirse al Ayuno de Daniel, un período para permanecer alejado de todo lo que nos satura, con el objetivo de limpiar la mente de todo lo que estorba la comunión con Dios. El último día del propósito tendrá la oportunidad de participar de una oración realizada por el Obispo Macedo desde el Monte Hermón.
¿Por qué el Monte Hermón?
Monte Hermón significa el monte de la consagración, de la dedicación, es el más alto de Israel. Es denominado “los ojos de Israel”, ya que allí hay un sistema que monitorea toda la región. Nadie entra en ese espacio aéreo gracias al sistema de seguridad que tiene. En ese lugar nacen tres ríos, que según el Obispo Macedo, representan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, estos desembocan en el Río Jordán. Es decir, de ese monte surge el agua que abastece a todo Israel. Sin el Hermón, Israel no tendría seguridad, ni sobreviviría, porque Israel depende del agua del monte.
No es solo un monte de la consagración; sino que desde el punto de vista físico, todo la nación de Israel, depende de él. Es por eso que el país lo tomó en 1967 y hasta hoy hay conflictos por ese monte, porque quieren que lo devuelva; realmente pertenece a Israel y no a los sirios.
Desde el punto de vista espiritual, ese monte fue escogido por Jesús; Él subió allí con Pedro, Santiago y Juan. En algún lugar de ese monte, Jesús fue transfigurado delante de sus discípulos.
Por eso este domingo 26 a las 9:30, en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro y en todas las Universal del país, el Obispo Macedo, junto a Obispos de todo el mundo, estarán realizando una oración especial por todos los presentes. De esa manera, le dará cierre al Ayuno de Daniel y ministrará el bautismo con el Espíritu Santo desde el Monte Hermón. Así, miles de personas lograrán una vida plena en todas las áreas de su vida.