El número 40 tenía un significado importante para los judíos, que entendían que significaba una preparación eficaz. Durante 40 días sucedió el Gran Diluvio, y los sobrevivientes del Arca de Noé se prepararon, luchando contra el peligro, para repoblar la Tierra. Durante 40 días los hebreos vagaron por el desierto, preparándose para el día en que estarían en la Tierra Prometida – en el viaje, ellos elaboraron sus comunidades, organizaron sus funciones sociales, “ensayaron” para las ciudades que un día habitarían.
El ayuno de cuarentena era común en los tiempos bíblicos. Moisés lo practicó cuando recibió de Dios los Diez Mandamientos (Éxodo 34:28). Elías también, buscando justamente orientación Divina (1 Reyes 19:8).
En el ayuno hecho por Jesús, durante 40 días Él Se enfocó en el Señor, y con Su fuerza buscada en el Padre, fortaleció Su espíritu, preparándose para Su Mayor Sacrificio. De la misma forma hoy, en donde los participantes podrán enfocar su atención en el Espíritu Santo y en Sus palabras, cuerpo, mente y espíritu “respirarán” a Dios, se alimentarán de Él. Todos tendrán la oportunidad de conversar con Él de una forma más profunda y sincera. Y ese efecto no se terminará luego de los 40 días de Ayuno.
Por lo tanto, entre con el enfoque correcto en el Ayuno de Jesús, sabiendo buscar en Su Espíritu Santo la fuerza que necesitará para salir más fuerte de esos 40 días que lo prepararán para una vida abundante, por la fe.
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